Jenna Ortega O.S

𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎𝑠

Estoy en mi casa esperando a mi novia, tenemos una reservación en un hermoso restaurante ya que hoy es un día muy especial, es nuestro aniversario, cumplimos dos años de noviazgo.

Me arreglé y tomé mi celular para llamar a T/n, después de cuatro timbres contestó.

—Hola mi amor—

—Hola cariño, ¿En dónde vienes?—

—Ya casi llego, en diez minutos estoy ahí, ¿de acuerdo?—

—Bien, aquí te espero—

Corté la llamada y sonreí.

Después de quince minutos escuché la puerta para después verla entrar a la sala con un ramo de rosas.

—Wow, te ves hermosa —se acercó y nos dimos un beso— más de lo que ya eres.

—Gracias amor— sonreímos—

—Esperame aquí, voy a ir arreglarme—

Asentí y fue a nuestro cuarto, me senté de nuevo en el sofá y sonó un celular, miré si es el de mi novia y no es así que tomé el mío.

Es de un número desconocido.

—Hoy se cumplen dos años de haber compartido a T/n, besos— fruncí el ceño y llegó una foto en dónde está mi novia besandose con otra en un bar— Feliz aniversario.

Sentí como mis ojos se llenaron de lágrimas por la tristeza y el enojo. Cerré los ojos haciendo que mis lágrimas salgan, las sequé para no arruinar mi maquillaje.

—Jen!!!— T/n me llama—

—Si amor!!— contesté con el mayor esfuerzo de que mi voz no tiemble por las ganas de llorar—

—¡¿Sabes en dónde están mis aretes?!—

—Estan en el segundo cajón de la mesita de noche!!—

—Gracias amor— no me digas así— Te amo!!—

Decidí no contestar, suspiré y serví un vaso de agua para tomarmela a grandes sorbos.

—Listo amor, ya estoy lista— escuché atrás de mi y suspiré cerrando mis ojos, debo actuar con normalidad— ¿Estás bien?.

—Claro— me voltee y fingí mi mejor sonrisa— Vamos... amor.

—Claro, vamos a pasar otra de las mejores noches de nuestras vidas—

Claro, si no me hubieras engañado.

—Si— dije y entrelazamos nuestras manos para después salir—

Narrador Omnisciente.

Las dos chicas se subieron al auto de T/n, está empezó a conducir hacia aquel restaurante con una gran sonrisa, está feliz, pero se le hizo extraño que su novia está mirando por la ventana y no está hablando con ella como normalmente lo hacen.

Llegaron al restaurante y fueron a su mesa, pidieron la comida y empezaron a comer.

—No puedo creer que ya llevamos dos increíbles años siendo novias— dijo T/n con una sonrisa—

—Tienes razón, llevamos dos increíbles años de amor, felicidad...—y mentiras, pensó— es maravilloso.

—Si, definitivamente— afirmó T/n y Jenna sonrió levemente— Voy al baño, no tardo.

—Claro, ve— al irse T/n, Jenna cambió su semblante a uno de tristeza y enojo—

Escuchó su celular de nuevo.