¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━━━ CHAPTER NIGHTEEN ━━━━ ❝QUIERO MORIR❞
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Siete meses después, 31 de julio del 2013.
Marlene caminaba con una sonrisa mientras sostenía su estomago con dificultad. Acababa de cumplir sus siete meses de embarazo y ella estaba segura de que explotaría en cualquier momento. A diferencia de su hermana Kira quien ya tenia sus nueves meses, todos solo esperaban el momento en que el pequeño Harry naciera.
Era muy temprano por la mañana cuando Marlene llego al comedor de su casa, sus padres ya estaban ahí sentados conversando de manera alegre y sonrieron cuando vieron a su hija menor. La rubia se sentó en una de las sillas del comedor y su madre le sirvió unos panqueques con una sonrisa.
—¿Cómo has amanecido cariño? —pregunto su madre.
—Me siento muy bien y hoy mi cita con el doctor por lo que-
Marlene se corto a ella misma al escuchar ruidos fuera de su hogar, sus padres se dieron una mirada ante eso con confusión.
—¿Papá?
—Iré a ver que es lo que sucede.
El hombre se puso de pie y fue a la entrada de su mansión mientras que Marlene y su madre se daban una mirada de confusión, sin embargo, no hicieron nada mientras se ponían a charlar de nuevo.
—Por la tarde acompañare a tu hermana a una de sus citas para un chequeo de su embarazo —dijo su madre limpiando su boca con una servilleta—. Tal vez deberías venir para comprarle una linda cuna a mi nieta.
Marlene se había enterado de que tendría una linda niña hace apenas una semana por lo que ya habían decidido y comprado muchas cosas para el nuevo miembro en la familia.
—¡Me encantaría¡ —chillo Marlene—, ya tengo una idea de lo que quiero para su cuarto y pronto me pondré en contacto con alguna decoradora para la habitación de mi niña.
—Tenemos que comprarle ropa y juguetes, aunque tengo los tuyos y los de Kira, pero son algo viejos.
—Estoy segura de que esos juguetes le servirán, pero eso no nos detiene a comprar más —sonrió Marlene.
