Naraku es un ser despiadado y cruel pero extremadamente inteligente, aquél ser había devastado los pueblos enteros que se encontraban cerca de un castillo.
Un castillo que prontamente conquistó acabando con los guardias ,sirvientes y nobles, dejando...
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"Ven, déjame verte, déjame conocerte, déjame aspirar a poseerte y tenerte para mí"
-Anónimo-
Kana le mostro el encuentro entre Xue y sus enemigos, en su alma sintió la desesperación, pensó por un momento que él Corazón de la princesa cambiaria y lo traicionaría al rebelar su identidad y escapar de sus manos, pero ella solo retrocedió ante ellos, y mintió frente al enemigo, la ira en él se desato al ver su pequeña mano lastimada por la fuerza de inuyasha al tomarla de la mano por sorpresa, no sabe exactamente que es lo que esta ocurriendo con él, esta pequeña humana se estaba convirtiendo en su perdición, pero fue capaz de detenerlo antes de que una batalla se desatara en la ciudad.
El aroma de su esposa era embriagador, lo tentaba a tomarla, beso sus labios rosados, ese beso se convirtió en uno más intento, estaba perdiendo el control bajo sus intentos de hacerla suya esta noche, se aparto de ella agitado, iba marcharse y dejarla descansar, la sonrojada princesa tomo la mano de Naraku evitando que fuera.
"No te vallas mi señor ,esta bien si eres tu, seré feliz si esta noche mi esposo decide abrazarme"
"Sabes que ya no habrá vuelta atrás, no me detendré incluso si suplicas"
"Lo se, ya no tienes que detenerte, deseó ser tu esposa, por favor déjame estar a tu lado"
Naraku beso la mano de su esposa para dejarla ir, estaba ansioso por lo que pasaría esta noche, Naraku ordeno que preparan la habitación Nupcial , Xue se convertiría en su esposa oficialmente, cuando vio a Kikio no sintió nada en absoluto, estaba más preocupado por Xue que por Kikio.
Xue tomo un baño con esencia de flores, esta noche recibiría a su esposo en la cámara nupcial, dejaría que el la abrazara toda la noche, sus labios fueron pintados de rojo, su largo cabello fue cepillado y dejado suelto, las sirvientas la ayudaron a ponerse un ligero vestido de dormir blanco.
Sus mejillas estaban rojas, una mujer ofreció un té especial a la princesa.
"Si bebe este té será mucho mas fácil para usted"
El era para elevar la temperatura antes de un encuentro sexual entre la pareja y asegurar futuros herederos.
"Estaré bien, muchas gracias, solo podrías colocar un velo rojo "
No era necesario beber de aquel té, por que no lo necesitaba, sabía que con solo ser besada por su marido su cuerpo respondía, y él ya se había estado reprimiendo.
En su nación una novia usaba un velo rojo sobre su cabeza el día de la boda, que simbolizaba su virginidad, pureza y juventud, y era el novio quien le quitaba el velo de la cabeza de la novia, así se convertían en marido y mujer oficialmente.
