Naraku es un ser despiadado y cruel pero extremadamente inteligente, aquél ser había devastado los pueblos enteros que se encontraban cerca de un castillo.
Un castillo que prontamente conquistó acabando con los guardias ,sirvientes y nobles, dejando...
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"De nadie seré, sólo de ti. Hasta que mis huesos se vuelvan cenizas y mi corazón deje de latir".
— Pablo Neruda—
Naraku sonrió levemente, sus enemigos con los que ha estado peleando en todos estos años, a los que arruino destruyendo a sus seres queridos; estaban aquí en su palacio desfrutando de una buena cena después de haberse divertido en el festival, usando los kimonos y adorno que Xue envió para las mujeres humanas, miro a Kikio, pero no sintió ningún sentimiento por ella, su obsesión por esa sacerdotisa desapareció completamente, su único amor, a quien ama mucho más, su verdadera obsesión, su preciosa princesa estaba sentada a su lado, vestida con las mejoras telas, su delicioso aroma era tan reconfortante.
Después del festival ella no volvería a caminar, seguramente Xue se sentiría triste, pero el se aseguraría se hacerla feliz mientras encontraba una forma para que volviera a caminar sin que su princesa dependiera de fragmentos de la perla de Shikon.
La amable princesa sostuvo los palillos acercando un poco de comida para él, pues noto que Naraku no había probado bocado alguno, él solo la estaba observándola a ella , y a los amigos que acompañaban a las dos sacerdotisas.
"Esposo, prueba un poco"
Su atención se centro en ella, él probo lo que se esposa le ofrecía, ser alimentado se esa manera tan cariñosa despertó su apetito por ella, sin importarle que otros los vieran lamio los dedos de su mujer provocando que su cuerpo se estremeciera, su mejillas se tiñeron en rojo por la vergüenza, estaba bien hacerlo cuando nadie los viera pero hacerlo frente a otros era demasiado atrevido.
"Esposa, comer solo esto no será suficiente, cuando todo termine debes dejarme probarte"
Susurro a los oídos de su esposa, Xue escondió su rostro enrojecido en el pecho de su marido, la risa divertida de Naraku fue escuchada por sus invitados, a los ojos de kikio podía ver lo mucho que la reencarnada Rui era amada por el señor del castillo, los ojos del hombre la miraban con adoración, jamás había visto a un hombre mirar intensamente a una mujer como el lo hacia con la princesa, el corazón de Kikio sintió alivio por primera vez desde que volvió a la vida, sin saber que el verdadero responsable de la muerte de Kikio estaba junto a la princesa.
Lo que más disfruto de la cena fue que después hubo fuegos artificiales iluminando el cielo, todo lo que estaba viviendo parecía ser un sueño del que jamás desearía despertar, apretó su mano contra la suya temiendo que él no estuviera aquí, desconcertado por el extraño comportamiento le pregunto si algo estaba mal.
"Xue,¿Estas cansada?,¿Quieres ir a dormir?."
"No es eso, es solo que me da miedo que todo sea un sueño y no estés conmigo."
