❝Metal Heart❞ [Larry Johnson x FemReader]

•5•

-Narra Larry-

  Sally se había ido, tanto porque se estaba haciendo tarde como también, según él, porque quería dar otro vistazo al departamento junto con la Super Gear Boy.

  Por mi parte, me quedé en mi habitación, aún en el puff escuchando mi radio y pensando en las palabras de Sal. 

  ¿A mí?, ¿gustándome alguien? Por favor, tiene que ser un chiste de mal gusto. La única vez que sentí algo por alguien fue por una compañera de la primaria, y ni siquiera se me cruza por la mente el que ese sentimiento haya sido verdadero, más por mi corta edad que por otra cosa. Pero con T/N es otra cosa, si bien no era algo realmente intenso aún así era una sensación distinta y extraña que hacía que se me torcieran las entrañas y que el ritmo de mi corazón se acelerara. 

  A pesar de todo esto, me niego a pensar que me gusta, es estúpido pensarlo, ¡no la conozco de nada!, ¡tampoco creo en esa mierda de "amor a primera vista"!, ¿cómo carajo podría gustarme?, no tiene ningún sentido.

  El sonido de una puerta al abrirse me arrancó de mis pensamiento al mundo real, era mi madre, pasé tanto tiempo pensando que ya era la hora de que ella volviese.

Lisa: ¡Larry, volví!

  Me levanté con desdén y fui a saludarla, preguntando que cómo estuvo el día. 

Lisa: Cansador, como siempre... Ah, cuando venía para aquí me encontré a Sal en el pasillo.

Larry: ¿Y qué hacía?

Lisa: Estaba acompañando a una linda chica, llevaban unas bolsas con víveres, según la muchacha... creo que su nombre era... T/N, si no mal recuerdo.

  Un pequeño pinchazo en mi pecho apareció de repente, ¿qué hacía Sally Face con ella?

  Comencé a sentirme algo nervioso, así que luego de cenar decidí fumar un poco. De todas formas no podía sacarme el pensamiento de que a Sal le gustaba T/N, pero de igual manera, ¿por qué me molesta tanto la idea de él estando con ella?, es ilógico, T/N no me gusta.

  Terminé mi "cigarro de la risa", para este momento ya me encontraba más relajado. Todo me daba vueltas y me sentía fuera de sí, a tal punto de que me tambaleaba un poco al caminar. Me tropecé, cayendo en mi cama y acabando completamente dormido hasta la mañana siguiente.

Un par de días después.

-Narra T/N-

  Pasó ya un rato largo, pero aún no puedo quitarme a Larry de la cabeza, ¿por qué pienso tanto en él?, ¿qué es lo que me llama tanto la atención acerca de él?, ¿por qué mis mejillas se ponen rojas cuando estoy cerca?... 

  Sacudí la cabeza y me levanté, pensando en arreglarme para ir a conocer más el edificio, además de conocer a los demás inquilinos. 

  Me di una ducha, me vestí y fui a desayunar.

Papá: ¿Qué tal dormiste?

T/N: No muy bien, tuve otra vez esa pesadilla con madre.

  Dije mientras me estiraba en la silla.

Papá: Hmm... ya no sé que hacer para que no tengas esas pesadillas.

T/N: Meh, no te frustres papá. Está bien.

Papá: Al menos ya no está cerca... ya no puede hacerte daño.

  Comentó papá mientras dejaba las tazas de café con leche en la mesa.

T/N: Y espero nunca más volverla a ver...

  Dije tomando un sorbo de mi taza.

Papá: No te culpo por odiarla, pero quiero que comprendas que te hizo todas esas cosas porque necesita ayuda especial.

  Solté un suspiro.

T/N: Lo sé, lo sé papá. Pero no esperes que si se cura la trate de madre querida y actúe como si nada malo hubiera pasado.

  Padre sonrió.

Papá: Eso si es que se cura.

  Dio un sorbo de su taza.

Papá: Tranquila, no te obligaré a nada. Tú decidirás si perdonarla o no en un futuro.

  Respondí con un "hm" y di otro sorbo a la taza.

  Cuando terminé mi café, me despedí de mi padre y salí del apartamento. Comencé a caminar por el pasillo hasta llegar al ascensor. Una vez dentro del mismo opté por ir al quinto piso, gran error. 

  La campana del ascensor sonó y me salí de este. Me encontraba en un lugar totalmente distinto a los otros pisos. Todo estaba en ruinas, el piso estaba sucio y el papel tapiz junto con las maderas pegadas a las paredes se estaban desprendiendo, y no tan solo eso; un olor tenue olor a rancio se podía percibir en el ambiente. 

  Quería salir de allí, volví sobre mis pasos hasta llegar al ascensor nuevamente. Sorpresivamente, las puertas de éste se abrieron frente a mí por sí solas, sin que presionase el botón, y entonces...

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Continuará.