Viviendo con Lauren Jauregui

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CAMILA

Jugué con mis palillos chinos y la comida mientras me esforzaba de sobre manera por no mirar directamente a Lauren. Estaba sentada en el otro extremo del enorme sofá que había en la sala con los ojos clavados en la televisión. Yo hace mucho había dejado de prestarle atención a la película que estaba reproduciéndose en Netflix. Por alguna razón no podía dejar de mirarla de reojo, detallar cada pequeña cosa que hacía, cada expresión, cada gesto, cada movimiento. Parecía una especie de psicópata asechando a su presa, pero es que no podía evitarlo.

Se rió a causa de lo que el personaje de Ryan Reynolds acababa de decir y sentí que me derretía allí sentada. Esa risa melodiosa seguida de una sonrisa juguetona que apenas tiraba de las comisuras de sus labios, eran la debilidad de muchas. De un momento a otro, dejó de ver la televisión y volteó a verme pillándome desprevenida. Maldije en mi interior y baje la mirada a mi comida mientras seguía removiendo el contenido del bote de cartón con los palillos de madera.

-Podemos ver otra cosa si estás aburrida.- Sugirió después de unos segundos.

-No, no.- Negué- Solo estoy...pensando.

Eres muy mala para mentir Camila Cabello. En serio apestas.

-Apuesto a que quieres salir corriendo.- Bromeó tomando el mando de la TV y pausando la película.

-¿Se nota? .- Le seguí el juego.

-Algo.- Asintió- Vamos, no será tan malo vivir con nosotros durante un tiempo.- Me aseguró- Ya viviste con Miguel casi toda tu vida y lograste sobrevivir. A mí me conoces desde que somos unas crías y Normani es la chica más agradable del planeta. Estarás bien.

-Ya veremos.

Ella solo volvió a sonreír y se me quedó viendo directo a los ojos durante unos segundos. Tiempo en el que sentí que podía llegar a desmayarme si no apartaba la mirada de mí. Abrí y cerré la boca sin saber qué decir y cuando estaba a punto de colapsar, mi hermano hizo una entrada triunfal en su impecable uniforme de bombero. Lauren por fin dejó de mirarme y yo pude volver a respirar con normalidad.

-Muy buenas noches.- Micky nos saludó arrojando sus llaves sobre la barra de la cocina- ¿Qué hay de cenar?

Gruñí con fastidio cuando se dejó caer en medio del sofá y comenzó a husmear en la comida que quedaba repartida sobre la mesa de café.

-Ya había olvidado lo agradable que es vivir contigo, Miguel.- Rodé los ojos.

-También me da gusto verte Mila.- Dijo inclinándose rápidamente hacia mí y besando mi frente.

Contuve la sonrisa que amenazó con formarse en mis labios. Aunque había extrañado esos gestos desde que se mudó de casa, aún seguía molesta con él por lo del apartamento.

-No la molestes.- Dijo Lauren.

-¿Qué? .- Miguel miró entre ambas- ¿Son mejores amigas ahora?

-Claro que no.- Discutí de inmediato.

Lauren solo rió por lo bajo e hizo una expresión con su rostro, la cual no supe cómo interpretar exactamente así que tan solo lo ignoré.

-Supongo que estarás durmiendo aquí durante una temporada.- Comentó Miguel desde el sofá mientras Lauren y yo recogíamos los empaques y restos de comida.

-Supones bien.- Asentí caminando a la cocina.

-Y Lauren será tu roommate.

-No.- Respondí de inmediato casi tropezando al girarme a verlo.

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