¿Te casarías conmigo?

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LAUREN

-¿Cómo está Camila? .- Preguntó Dean.

-Ha dejado de tener pesadillas tan seguido.

-Eso es bueno ¿no? .- Asentí.

-Sí...- Murmuré.

-Vamos escúpelo.- Me animó- ¿Qué te preocupa?

-Todo. Lo que pasó fue...demasiado impactante para todos.- Comenté y él asintió estando de acuerdo- Camila no deja de repetir que está bien, pero creo que quizás sería una buena idea que viera a un psicólogo.

-¿Por qué no se lo sugieres?

-No quiero abrumarla.

-Lo que harás es ayudarla, no abrumarla.- Dijo corrigiéndome- Creo que la terapia es una buena idea. Lo que pasó no es algo menor y puede generar, no lo sé, traumas.

-Sí...creo que tienes razón.

-Si tuviera una moneda por cada vez que escucho eso.- Fanfarroneó, pero su rostro se contrajo en una mueca enseguida- O si tan solo pudiera hacer que Aurora lo dijera una sola vez.

-Ella jamás lo dirá.- Me reí.

-Ya lo sé, es ella quien siempre tiene la razón en casa.- Admitió- Es molesto.

-Creo que se llama estar casado.- Bromeé.

Dean rodó los ojos con fastidio frente a mi broma.

-Cuando estes casada verás de lo que hablo.- Me advirtió.

-Wow.- Dije alzando las manos como si acabara de apuntarme con un arma- Cálmate ¿quieres?. Aún falta mucho para eso.- Le aseguré.

Dean me miró entrecerrando los ojos y noté como una sonrisa amenazaba con apoderarse de sus labios. Lo miré alzando las cejas sin entender el porqué de su expresión.

-¿Le temes al compromiso, Lauren? .- Canturreó sonriendo burlescamente.

-Claro que no.- Negué con la cabeza- Pero Camila y yo aún somos jóvenes. No hay por qué tener prisa.

-¿O sea que sí te casarías con ella?

-Sí.- Asentí muy segura de mis palabras- No sé si ella se sienta de la misma manera, pero en este momento no puedo imaginarme una vida que no sea junto a Camila.- Confesé.

Dean sonrió y estiró la mano para pellizcar mi mejilla. Le di un manotazo apartándome hacia atrás con un gruñido.

-¡Mírate! Diciendo toda clase de cursilerías.- Se burló- Que lindo es el amor.

-Ya cállate.- Me quejé y él se echó a reír.

Las ideas de Dean rondaron todo el día mi cabeza haciéndome sonreír de vez en cuando. Por supuesto que me imaginaba vivir todo y más con Camila. Estaba enamorada hasta las trancas ,y eso es en lo que uno piensa cuando está enamorada de alguien ¿no?. Aún así era muy pronto para pensar en poner un anillo en su dedo. Camila estaba enfocada en su carrera y yo lo respetaría durante el tiempo que fuera necesario, sin prisas. Por el momento, lo que más me preocupaba era que ella estuviera bien. Los recuerdos del atentado se habían apoderado de sus sueños provocando que por las noches se despertara gritando asustada debido a las pesadillas que tenía.

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