CAPÍTULO 8: Salida.

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        —¿𝘊ó𝘮𝘰 𝘵𝘦 𝘩𝘢 𝘪𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘵𝘶 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰 𝘵𝘳𝘢𝘣𝘢𝘫𝘰?

        —No me puedo quejar. La gente de la nueva escuela es agradable.

        Sanemi ahora estaba en medio de una videollamada con su mejor amigo desde hacían años: Masachika Kumeno.
El cuál le preguntaba sobre las novedades de su vida tanto laboral como privada; y al ser amigos de años, el albino no tenía mayor problema en contestar.

        —¿𝘈𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘤𝘪𝘢𝘭?

        —No —pronunció cortante. Aunque sabía que su amigo estaba graduado y tenía un doctorado en detectar cuando mentía —. 𝘛𝘳𝘦𝘴, 𝘥𝘰𝘴, 𝘶𝘯𝘰...

        —¿𝘘𝘶𝘪é𝘯 𝘦𝘴? —le preguntó feliz y malicioso.

        —Puede ser que TAL VEZ haya alguien que me llama la atención.

        —¿𝘊𝘶á𝘭 𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘢𝘧𝘰𝘳𝘵𝘶𝘯𝘢𝘥𝘢?

        —Kanae.

        —¿𝘠 𝘲𝘶é 𝘵𝘦 𝘭𝘭𝘢𝘮𝘢 𝘭𝘢 𝘢𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪ó𝘯 𝘥𝘦 𝘦𝘭𝘭𝘢? —su amigo adoptó un semblante más serio, lo cuál el ojimorado notó.

        —No lo sé... Desde la primera vez que escuché su voz y la vi, sentí mi corazón acelerarse y mi voz empezó a temblar.

        —𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘢 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘷𝘪𝘴𝘵𝘢.

        —No digas estupideces.

        —𝘕𝘰, 𝘭𝘰 𝘥𝘪𝘨𝘰 𝘦𝘯 𝘴𝘦𝘳𝘪𝘰.
𝘚𝘪 𝘥𝘪𝘤𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘧𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘦𝘭 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘶𝘯𝘰, 𝘱𝘰𝘳 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘴𝘦𝘳á.

        —No quiero.

        —¿𝘘𝘶é 𝘦𝘴 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘦𝘴?

        —Volver a sentir. No quiero que vuelva a gustarme nadie ni mucho menos volverme a enamorar.

        —𝘕𝘰 𝘴𝘦𝘢𝘴 𝘵𝘢𝘯 𝘥𝘶𝘳𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘪𝘨𝘰 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘰. 𝘓𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘢𝘴ó 𝘩𝘢𝘤𝘦 𝘢ñ𝘰𝘴 𝘯𝘰 𝘧𝘶𝘦 𝘵𝘶 𝘤𝘶𝘭𝘱𝘢, 𝘧𝘶𝘦 𝘥𝘦 𝘦𝘭𝘭𝘢. 𝘗𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘰𝘺 𝘵𝘦𝘴𝘵𝘪𝘨𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘰 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘢𝘣𝘳𝘪𝘳𝘵𝘦 𝘢 𝘵𝘶 𝘦𝘹𝘱𝘢𝘳𝘦𝘫𝘢 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢𝘯 𝘫𝘶𝘯𝘵𝘰𝘴. 𝘠 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘭 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭 𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘦𝘨𝘶𝘪𝘴𝘵𝘦, 𝘵𝘦 𝘵𝘳𝘢𝘪𝘤𝘪𝘰𝘯ó.

        —Por eso mismo. Estos tres años me encargué de congelar mi corazón hasta volverlo un frío y vacío bloque de hielo.
No volveré a sufrir por una mujer en todo lo que me quede de vida.

        —𝘌𝘴 𝘥𝘪𝘧í𝘤𝘪𝘭 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘢𝘳 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘪𝘨𝘰 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘵𝘦 𝘱𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘦 𝘮𝘰𝘥𝘰 —fue ahí cuando algo se le ocurrió— ¿𝘎𝘦𝘯𝘺𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘦 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘰?

        —Me di el lujo de hablar por llamada contigo precisamente porque él no está en casa. Fue a dormir a la de un amigo suyo.

        —𝘌𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰... —la conversación se vio interrumpida por una tercera voz que llamaba a su amigo— 𝘔𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘪𝘳, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘣𝘰 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳𝘵𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘴𝘢.

Volver a amar. [SaneKana].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora