CAPITULO 25

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Un joven y aturdido Park Jimin se encontraba acostado en la enorme y suave cama de su "AMO", quien esta vez no se detuvo a privarlo de sus movimientos con sogas, cinturones o los dolorosos grilletes adheridos al piso de parque de la habitación continua. Esta vez tampoco estaba recibiendo azotes con ese látigo de cuero rosa que tanto le gustaba y como si fuera poco, tampoco había obtenido si quiera una cachetada de aquellas enormes manos con esos pesados anillos que solían dejar marca.

Esta vez simplemente era Jungkook, tratándolo de la forma más suave y extrañamente excitante.

Llevaba rato besando con adoración sus pies, sus largas y perfectas piernas para subir con su peligrosa y hábil lengua por el interior de sus muslos. En realidad, Jimin no conocía este tipo de tortura, pero se le estaba haciendo cada vez más difícil aguantar su dolorosa erección sin ser tocada.

¿Podría hacerlo? ¿Podía tocarse sin que su amo se lo hubiera autorizado?

No había llegado a una buena auto-respuesta cuando pensamientos fueron atacados por la cálida lengua de su victimario deslizándose por su miembro.

Aquello era nuevo, si bien Jeon le había hecho alguna que otra vez un buen bowjob no era lo que más le apasionaba. Sin embargo, ahora lo estaba haciendo. Perdido en sus ojos negros, Jimin no pudo hacer otra cosa que soltar un sonoro gemido mientras sus dedos se enterraban en los largos y oscuros cabellos frente a él.

Sentía que estaba en otro plano, en algún momento se sintió mentalmente muerto. Porque era algo inexplicable. ¡Aquella experta lengua era más tortuosa que cualquier elemento que hayan usado en él antes y eso... eso era la gloria!

Pero de un momento a otro una ola de frio se sintió acariciar su piel. Su miembro había sido abandonado y aquello lo estaba desesperando, pero apenas abrió los ojos se encontró con aquella mirada oscura como el mismo espacio. Una mirada penetrante que era totalmente contradictoria con lo que aquel cuerpo estaba haciendo con el suyo.

-un abrazo-

Solo eso... un simple y fuerte abrazo que lo envolvía por completo mientras lo veía a los ojos hasta que Jimin logro aterrizar de nuevo a la tierra y pestaño un par de veces para entender lo que sucedía-

-OH...-exclamo como si estuviera preocupado, mientras le dedicaba una de esas sonrisas perversas que solo la sabia dar- gemías tanto que creí que necesitabas un abrazo.

Ahora el delgado chico oculto su rostro en los fuertes hombros que lo tenían apresado, inhalando profundamente aquel perfume que tanto le gustaba y que aun yacía en aquella camisa blanca a medio prender.

-estás pensando en matarme mientras tenemos sexo ¿no? -dijo aun con el rostro oculto en el cuello del mayor.

-no lo creo ángel – Jimin río ante aquello- todos sabrían que fui yo – ahora ambos sonrieron por la respuesta tan predecible- pero aún más importante que eso, debes recordar que sin mi permiso no puedes venirte...-callando sus propias palabras volvió a besar su cuello como su estuviera deseándolo toda una vida-

¡Bien! Todo eso era raro. Ya no sabía que era lo que estaban haciendo.

Completa y profundamente confundido, el chico rubio se dejaba arrastrar un poco más al abismo sentimental mientras apreciaba ese abrazo tan cariñoso.

Aunque debía admitir que en algún momento de la noche pensó en Yoongi.

En el amor que le tenía y en todo lo que necesitaba. Pero... luego estaba Jungkook... quien llegaba como una tormenta a su vida, arrebatando cada rastro de cordura para ponerlo de rodillas con solo una palabra, haciéndolo suspirar con tan solo tocar sus cabellos. Jungkook quien podía pasar de tenerlo atado con un par de sogas y colgando del techo mientras lo azotaba con una fusta a ser alguien completamente tierno y dulce que se preocupaba por el mientras le preparaba una rica cena.

Fuckboy  (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora