Todos le habían advertido que no aceptara aquella invitación,
un juego peligroso.
Pero Park Jimin siempre fue un chico curioso,
sin importar de cuánto peligro estuviéramos hablando...
o si ese peligro tenía por nombre
Jeon Jungkook.
⚠️🔞
-fallarás el tiro en esta posición tan sexy querido ángel.-
La sensual, casi ronca y dura voz de Jeon Jungkook llego a sus oídos causando estragos en cada minúscula parte de todo su cuerpo, ni siquiera pudo ordenar a su sistema nervioso que se moviera de su lugar, que empujara lejos de él a Jeon porque simplemente no podía reaccionar.
Eran casi las 6 de la mañana ¿que estaba haciendo ahí?
Pero no podía pensar, no cuando aquellas tatuadas y enormes manos estaban subiendo por sus piernas hasta llegar a su cintura mientras que apoyaba el mentón en el hombro de Jimin.
-te estuve llamado ángel, ya veo porque no contestabas. -aquello sonó como un reclamo, pero Jimin ni siquiera lo noto, seguía anonadado -
-Jeon – lo llamo el tipo alto propietario de la chaqueta de cuero negra que Jimin tanto deseaba- no puedes llegar y entrometer tus manos en nuestro juego – le soltó de mala gana mientras alejaba a Sam de su enorme cuerpo-
Jungkook volvió a su postura firme e intimidante para encender un cigarrillo mientras quitaba el taco de billar de las pequeñas manos de Jimin.
-Voy a tomar su lugar en el juego – todos lo miraron sorprendido-
- eso es hacer trampa reclamo de nuevo el hombre! – conoces nuestras reglas Jeon, no seas idiota! – replico aún más molesto – vamos, este es el ultimo tiro de Jimin, si gana podrá irse contigo si eso es lo que el desea –
Jimin seguía en silencio mirando de vez en cuando a Jeon que lucia molesto como nunca antes. Su lengua empujaba su mejilla hacia un lado como si estuviera a punto de lanzarle un golpe al otro tipo.
-si pierde iremos a mi casa a jugar – agrego el otro chico con una sonrisa ladina y orgulloso de provocar a Jeon por lo visto-
Jeon devolvió el taco a Jimin y todos posaron la vista en el rubio chico quien suspiro pesado, ahora ya no estaba tan convencido de no fallar, pero ver a Jeon enojado había sido una buena motivación. Así que volvió a inclinarse sobre la mesa de billar y cuando estuvo a punto de golpear la bola blanca sintió un escalofrió correr por su cuerpo mientras la voz de su fuckboy le murmuraba
-no golpees fuerte ángel, solo dale un toque...-aquello sonó tan dulce, pero a la vez fue como una orden y Jimin no iba a desobedecer a Jeon-
lo hizo, golpeo suave y la bola blanca fue directo a la ultima color rojo ingresando sin más al hoyo.
Jimin miro a Jeon esperando su aprobación cuando lo vio sonreírle y asentir. Ahora su corazón se sentía cálido, como cuando un cachorro recibe un premio de su amo.
Pero...
No pudo disfrutar mucho de aquello ya que a penas reacciono cuando su mano derecha fue tomada y tirada rumbo a la salida acompañada de la mirada molesta de sus nuevos amigos.
-ESPERA! -chillo el pequeño chico- aun no termino el juego! ¡Aposte su chaqueta de motociclista! -había sonado tan afectado que Jeon detuvo su andar para mirar a quienes habían acompañado toda la noche a su joven ángel negro, para luego volver a mirar a Jimin-
-quieres esa fea chaqueta? – El de ojos miel asintió como si fuera un niño pequeño haciendo un berrinche- tengo una en casa, si eres un niño bueno y vienes conmigo será tuya- murmuro con los labios a milímetros de los suyos par después lamerlos sin pudor-
Jimin asintió animado y camino veloz detrás de Jeon mientras tomaba su mano entrelazando sus pequeños dedos con los dedos tatuados del otro.
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