Capítulo 8

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Alrededor de veinte personas murieron en el restaurante y cincuenta más terminaron con heridas de gravedad, ese fue el resultado de mi cita con Yuntae ayer

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Alrededor de veinte personas murieron en el restaurante y cincuenta más terminaron con heridas de gravedad, ese fue el resultado de mi cita con Yuntae ayer. Aun no sé nada de lo que pasó en la fábrica de alimentos, así que no puedo garantizar que Sooho esté muerto.

No me conviene que lo esté, ya que aún lo necesito.

Me cruzo de brazos mientras mantengo mi mirada fija en Yuntae, quien se encuentra acostado sobre la cama inconsciente.

—Al parecer su cabeza es muy dura ya que su cráneo no sufrió ninguna ruptura —dice el doctor que Snail ha traído y que lo ha atendido durante casi toda la noche.

Ya casi está amaneciendo así que el hombre se tiene que marchar.

—Gracias por su arduo trabajo —expreso y hago una reverencia.

Después de recibir la formula con los medicamentos el doctor se va y yo aprovecho que Snail está en la sala preparando algo de comida para entrar de nuevo a la habitación y revisar su celular, el cual está sobre la mesa de noche.

Lo tomo y enciendo, pero es en vano ya que al igual que el de Yuntae tiene contraseña. Sin embargo, la imagen que tiene como fondo de pantalla me deja muy confundida, en esta se puede ver junto a un árbol de navidad a tres niños y a una niña. Todos están sonriéndole a la cámara mientras cargan cada uno, los cuerpos de unos gatitos bebes masacrados.

Gracias a la fotografía que me ha dado Snail, en la imagen puedo reconocerlo a él y a Yuntae. Tengo que admitir que Yuntae era un niño muy bonito solo que en ambas fotos no sale sonriendo, solo pone una carita de demonio que ahora tiene mucho sentido. Pero quienes son los otros, el niño que está al lado derecho de Yuntae, se ve casi de la misma edad, aunque más delgado; y la niña se ve un poco más joven, lleva un vestido de princesa y unas trencitas.

Puede que lo más bizarro de la foto no sean los gatitos muertos si no, el hecho de que un grupo de niños los asesinó y que parecían divertirse haciéndolo.

Escucho pasos acercándose así que apago el celular y lo dejo en su lugar. Snail entra a la habitación comiéndose un rollito de Bibimbap, mientras que trae una bandeja con unos cuantos rollitos más, yo por mi parte tomo asiento en un costado de la cama y miro a Yuntae.

—¿Quieres, cuñada? —Me ofrece ya delante de mí. Le sonrío y tomo uno—. Va a estar bien, no te preocupes. Ya verás que en unas horas se levanta con ganas de matar a alguien.

Su comentario me hace reír, aunque suene descabellado lo que dice es muy cierto. En eso me concentro en su rostro, algunos moretones atrapan mi curiosidad.

—¿Qué te pasó? —cuestiono, señalando su rostro y parece dudar. Él toma asiento a mi lado.

—Ah... Esto, me lo hizo mi hermano —dice finalmente y continúa comiendo.

—¿Por qué? ¿Fue por lo que me dijiste?

Él asiente con las mejillas repletas de comida.

—A Vante no le agrado, dice que soy muy hablador y llorón —Se encoje de hombros y hace un puchero muy tierno—. ¿Tú crees que eso es cierto?

El Verdadero Rostro Del Mal [#2] PAUSADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora