Vante
Que aburrido. Estar acostado todo el día, en medio de personas quejándose por el dolor sin poder hacerles nada. Quisiera ayudarlos en su sufrimiento, pero estaría en juego mi identidad. Solo tengo que soportarlo. Todo es culpa del inútil de Snail, si solo no se hubiera equivocado con las tarjetas de identificación y me hubiera traído la de una persona adinera, de seguro me hubiesen dado una habitación VIP para mí solo y no tendría que ver a todos estos enfermos.
Por esto no me gusta venir al hospital. Es una tortura para mí.
—Oye jovencito, no piensas comer —exclama una señora que está en la cama de al lado.
Abro los ojos fijándome que llevo varios minutos observando la comida frente a mí, pero no he podido comer nada porque este lugar es muy ruidoso. Desvío mi vista hacia la mujer que tiene una pierna hinchada y morada a causa de la diabetes. Ojalá y se la corten.
—No tengo hambre —respondo sin ganas.
Otra mujer ruidosa se baja de su cama y se coloca frente a mí. La miro ceñudo. La mujer sujeta la cuchara y toma del tazón una pequeña porción de sopa. Seguido la levanta y pone cerca de mi boca.
—Abre —ordena y como me niego a hacerlo, ella con su mano libre me jala la oreja. Esta acción hace que me queje por la sorpresa, pero apenas abro la boca, la mujer introduce la cuchara con la sopa más insípida que he tenido que probar en mi vida.
Las dos mujeres se carcajean.
—Este jovencito me recuerda mucho a mi hijo, a él también tenía que obligarlo a comer —comenta la mujer entre risas.
¿Porque tengo que soportar esto? Es humillante.
—Señoras dejen al paciente en paz —interviene la doctora a cargo de mí, quien acaba de llegar junto con Snail.
Las mujeres se desaparecen en cuestión de segundos y la doctora procede a mirar mis exámenes.
—¿Cuando me puedo ir? —cuestiono de mal humor mientras Snail se esconde detrás de la doctora.
—Aun no puede irse. Usted tiene dos costillas rotas.
—Eso no es nada, mire no me duele —Me toco las costillas y me muevo como si estuviera bailando—. Puedo irme a casa sin ningún problema.
—Ya le dije que no. En estos resultados dice que hay algo anormal en su cabeza, relacionado con su actividad cerebral, pero no encontramos nada, así que seguiremos haciéndole estudios más avanzados.
—Lo que faltaba —me quejo dejando caer mi cuerpo sobre las almohadas.
—Dígame señor Park, ¿cómo fue el accidente?, deme detalles así podré sacar mis propias conclusiones.
—Ya les dije que estaba dejando mi motocicleta en un estacionamiento público, cuando un auto me arroyó por detrás y quedé inconsciente. El tipo huyó y cuando desperté tuve mucho dolor así que vine al hospital por mi propia cuenta. Eso es todo.
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El Verdadero Rostro Del Mal [#2] PAUSADA
Mistero / ThrillerLibro que sigue a LA SONRISA DEL MAL Cuando el mal acecha; las personas débiles se esconden, los ángeles valientes luchan y los astutos demonios solo lo disfrutan. La unión de Eunji con el perverso Yuntae, solo fue el comienzo de una batalla que se...