Amar sin ninguna condición es el enclave y en que permanece la historia de amor de nuestros protagonistas: Madison una joven con talentos gastronómicos y en el... Que es dedicada en todo, conoce de forma inesperada a Louis un joven con discapacidad...
El tiempo pasa y Louis visita constantemente el restaurante por las tardes a comer un platillo diferente o postres, suele ir los lunes y sábado. Un sábado Louis come tranquilo un postre ya casi terminando de comer, llega al restaurante un envío de una rosas anaranjadas, el florista pregunta a unos de los meseros que si pueden llamar a Madison ya que esas flores son para ella. El mesero va a la cocina y llama Madison, el florista se presenta: -El florista: ¡mucho gusto!, ¿usted es Madison?, -Madison: ¡sí!, -El florista: tengo un pedido de rosas anaranjadas que son para usted. -Madison: ¿quién las envía?, -El florista: no sabría decirle, pero dentro del ramo hay una nota, con eso puede saber quien las envía.
Madison firma de que recibió las flores, el florista se despide. Madison con emoción y curiosa lee la nota: "Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno"
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Madison ve con mucho detenimiento las rosas les parece linda y las huele y suspira. Se va tranquila a la cocina, el ramo de flores las guarda en un lugar donde no se marchiten por la luz del sol, en una de las mesas del otro lado del restaurante estaba de incógnito Max, al instante camina deprisa y va a la mesa de Louis y narra todo con detalle de cómo fue la reacción de Madison; -Max: antes de todo, déjame decirte que es una chica muy guapa, por lo que vi le gustaron, busco la nota en lo que la leyó, miro el ramo de flores con detenimiento las olió y suspiro. -Louis: le gustaron, creo que voy por buen camino. -Max: ¡vamos tú puedes!, ya me has dicho que ella acepta que la enamores aparte te trata como una persona común y corriente -Louis: este lunes que viene le obsequiare otras rosas con el tiempo otras flores, siempre con su nota, ya después me animaré a invitarla a salir.
Max y Louis piden la cuenta y se marchan del restaurante conversando tranquilos. Es la hora de salida de Madison, ella se cambia, busca su bolso y el ramo de flores y se dirige hacia el apartamento de Arlette la señora que cuida a Leonie, saluda a la señora y se despide, Madison sube al elevador con Leonie, la pequeña lleva su mascota en su jaula, ya a punto de llegar al apartamento de ellas, Leonie le hace una pregunta -Leonie: ¿y esas flores?, -Madison: ¡eh! Me las obsequio alguien, y ya sé quien pudo ser esa persona que me dio este detalle.
Madison se cambia de ropa se amarra el cabello y va para la cocina a prepararle algo ligero a Leonie, sabe que ya ceno, sabe que su hermanita disfruta comer todo lo que ella le cocina, en está ocasión le prepara una tortilla francesa, se la sirve en un plato, las dos cenan tranquilas, en el plato de Madison se sirvió dos tortillas francesas con arroz y ensalada. Terminan de cenar, Leonie se dispone a ver televisión, más luego Madison también se dispondrá a ver televisión junto a ella, pero antes de eso Madison le pregunta si quiere un poco de leche caliente con canela, a lo que la pequeña responde que sí. Entre los sofá en la mesita de en medio coloco sus rosas en un florero que tenía guardado.
Un fin de semana para ser exacto, un día domingo Madison quiere ir al salón de belleza para que le recorten el cabello un poco a Leonie, Madison quiere hacerse un pequeño cambio de imagen, tal vez un cambio en el color del cabello, usar un nuevo estilo delineador de ojos o un nuevo color de labial, en el caso del maquillaje ella es muy quisquillosa no le gusta deslumbrar como un pavo real, a ella le gusta lo sencillo, un vestido desahogado hasta las rodillas, su pelo largo y alisado con un labial un poco rojo intenso que marque sus labios carnosos, por cierto Madison solo dos veces ha besado en toda su vida. Al esperar un poco en el salón Madison y Leonie, escuchan una conversación un poco desconcertante de una chica que prácticamente debe de estar horas arreglándose ya que han tardado y no sólo eso conversa con la dueña del salón como si ya se conocen de antes. Madison lee una revista y Leonie juega con su unicornio de peluche. Ya cuando una de las estilistas está libre, Madison lleva a Leonie, la carga y la sube a la silla ya que era muy alta y le dice: -Madison: es tu turno Leonie estate tranquila, solo las puntas de tu cabello te cortarán. -Leonie: ¡sí, hermanita!,
