ANGELS OF DEATH - UN DIOS PARA TÍ (RAY Y ZACK)

CAP 19: ZACK, TE NECESITO

El estruendoso sonido de los parlantes azordaba la conciencia de los tantos adolescentes que pudiesen haber hecho algo, mas no lo harian y los demas simplemente pretendian no ver como aquel hombre robusto, moreno y de corte militar, apodado "El Depredador" se llevaba a Rachel, dejando a sus secuaces con una sonrisa maliciosa en la boca. Ellos eran los mismos compañeros de Rachel que al notar su belleza la lujuria se apoderó de ellos y mientras se disputaban por quien sería el primero poseerla, en robarle su "inocencia", llegó a oidos del mismísimo jefe, el depredador...

La verdad es que esa aparente inocencia dada por su melancólico semblante, les otorgaba la erronea convicción de que Rachel fuera virgen, pero no era mas que el rastro de los sentimientos que Zack cosechó en ella, en realidad esa naturaleza pura nunca existió y el recuerdo de su virginidad ya se lo había obsequiado a Zack, su querido Zack, el único capaz de darle vida a su mirada.

Quizas su recuerdo hubiera bastado para tener mas fantasías que le permitiesen vivir, sin embargo era su sentido del tacto el que no le permitía continuar con sus delirios, por que su cuerpo tenía memorizado cada movimiento de Zack.

Por eso y por todos los sentidos que aún no se dormían por completo en el instante que el depredador la tocó, su piel sintió la cruda diferencia de las ásperas y heridas manos de su ansiado psicopata que la trataban con tanto amor a las robustas e impuras manos guiadas por el morbo.

Estas se deslizaban en sus frias piernas al son de su morbosa voz mezclada con su risa burlona.

_"Tan diferente..." _ pensó Ray al recordar como las caricias de Zack reflejaban su pureza, la infantil curiosidad que él sentía en un inicio, el deseo mezclado con dulzura, la tosquedad y la agresividad  que formaban parte de su naturaleza salvaje.

Aunque su mente era como una televisión apagada por las drogas, ese asqueroso tacto, hizo que de entre las sombras volviera a emerger parte de su conciencia. En aquel cuarto imaginario se sentía a salvo, ahi era donde su mente reposaba, donde dejaba de ver la realidad y donde solía pensar que su familia y ellos jugaban con el perrito que al igual que sus padres estaba muerto.

En un sillon de marfil frente a un televisor apagado pudo abrir los ojos. No podía moverse, pero las sombras tras de ella que aparecian en el reflejo del televisor apagado le mostraba la cruda escena de el depredador tocandola, apenas veía sombras y por un momento pensó_ ¿Y que más da? Zack no aparecerá para detenerlo, ... porqué está muerto.

Sus ojos lucían fríos pero ya no lloraba, ansiaba tanto verlo que olvidó que sus fantasías surgían solo en su mente y que jamás podría hacerlas parecer mas real que su locura. Pero ... ¿Qué mas da?

Esta ves notó que frente a ella había una caja llena de videos, cuando la vio recuperó la movilidad, fue directamente a ella y escarbó habían muchos videos e imágenes de Zack, sin embargo tragicamente y causándole desesperación frente a ellas sus preciadas fotografias se iban volviendo imágenes de la situación que vivía, como el depredador sin mas tiempo, alzaba su vestido y se bajaba el cierre del pantalón, mientras ella se rehusaba a verlo, en su lugar buscaba en la caja sus propias memorias_¿Donde están? ¡NO ESTÁ! ¡NO ESTÁ! TIENE QUE ESTAR POR AQUÍ ¡ZACKKKKKKKK POR FAVOR, APARECE APARECE! ¡PORFAVOR!.

El sonido de la televisión encendiéndose con una linea llena de colores hizo que todas esas fotografías se descompusieran y formaran lava negra que ensuciaba sus manos. Se sobó los ojos dejando el rastro de esta lava negra pero sonrió al ver que en la televisión estaba Zack.

La pantalla mostraba un paraiso terrenam de lapidas y flores y ella lo conocía bien. Aquel lugar lo solian frecuentar a menudo, era el cementerio donde Sam y sus disipulos solían visitar a sus sus muertos y sin embargo era un lugar llenos de ataudes vacios, pues era dificil recuperar el cadaver de un asesino debido a las circunstancias en las que morían por lo que no era mas que frecuentado solo para hacer un acto simbólico de enterrar un ataud vacío.