CAP 5. DOLOR, PLACER Y AMOR

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Lentamente fue acercándola hacía él,  dejando caer su espalda, permitiéndose sentir el leve rose de sus genitales, lo cual provocaba en él, un pulso acelerado y una inquebrantable fuerza de voluntad totalmente desvanecida.  Sus dedos presionaban sus glúteos cada vez con menos gentileza y mas voracidad, logrando que esa fricción incrementara al son su agitada respiración . "¡Rayos! ¡Esto era una tortura!" Exclamó mentalmente al por fin quedar tendido en el asiento trasero del vehículo siendo tentado a tocar y acariciar sus hermosos pechos que lucían apretados por el chaleco antibalas.

Siendo rodeado por sus suaves piernas ya era implacable las ganas de hacer que esa fricción fuera mas directa. No podía más, con fuerza la tomó de la nuca y la besó violentamente, saboreando y mordiendo salvajemente sus labios, mientras acariciaba sus pechos por encima del maldito sujetador continuando, con esa fricción, marcando el ritmo de una penetración. Él era muy inocente, no tenía ni la menor idea de porque lo hacía, solo sabía que el placer era su guía en ese momento y a Ray esa inigualable fiereza le encantaba. "¿Qué demonios estaba haciendo?" meditaba embriagado por aquel íntimo contacto sexual con su pequeña y cautivadora rubia de casi dieciséis años.

En un atisbo de cordura y de manera brusca trató de apartarse de ella aventándola de golpe sobre el lugar del que acaba de salir, ocasionando que cayera boca abajo contra el asiento y se lastimara, pero para su desgracia el inesperado gemido que soltó ella, lo hizo fracasar en su intento por detenerse. 

Con la adrenalina corriendo por sus venas y el cuerpo de espaldas de Ray descubierto sumado a las sensuales expresiones de ella, terminaron por enloquecerlo. Nuevamente se posicionó sobre ella, abrazándola por la espalda, girando su cabeza fuertemente para besarla y quitarle desesperadamente el chaleco antibalas. Ya no podía mas, tocaba sus pechos aún sobre el encaje del sujetador y sin desabrocharlo lo rompió con sus propias manos para tener mas acceso a su piel. El contacto directo era asombroso para ambos, que sentían como un ardor interno los dominaba. Con una de sus manos apretó bruscamente uno de sus pechos haciendo que un quejido saliera de sus labios y cuando la otra mano se deslizó por su torso y se adentró bajo su ropa interior, los quejidos se convirtieron en jadeos y los jadeos en gemidos por el placer inminente que le provocaba aquella estimulación. 

Cuando gritó por las contracciones de placer que Ray empezaba a tener, Zack colocó su mano en la boca de ella_ ¡No grites Ray! ¿No vez que me excitas aún mas y debo detenerme?

No podía evitarlo, pese a sus vanos esfuerzos por ahogar sus gritos, Ray estaba delirando de placer al sentir como se humedecía su zona íntima y sus gritos penetraban la mente de Zack, haciendo que aquella erección empezara hasta a dolerle. Inconscientemente había comenzado a mover su pelvis contra ella, para tratar de calmarse, sin darse cuenta de que la hebilla de su pantalón por la fuerza le estaba haciendo unos cortes bajo la cintura a Ray.

Estaban todo transpirados y la tensión hacía que el calor de su cuerpo aumentara gradualmente llegando  empañar los vidrios del vehículo. Rachel se dio la vuelta para acariciarlo y besarlo. Se dejó llevar por esos lujuriosos besos hasta recostarse en el asiento y quedarse frente a él. Zack sintió todo su cuerpo estremecerse y arder al mirarla casi totalmente desnuda, con apenas un pequeño trozo de tela entre sus tan hermosas piernas. Él quería continuar, aunque no sabía como, nunca había recibido ni siquiera una sola maldita clase ni de anatomía ni de sexología que le pudieran indicar como saciar esa necesidad latente de su organismo. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Ray, podía entender por que no continuaba con solo mirarlo, ella levantó uno de sus pies y con él acarició su pecho, su abdomen y ... su miembro. Esta acción hizo que perdiera nuevamente el control, se desabrochó el pantalón pues la presión de este lo estaba matando y luego besó con frenesí el pie de Ray, subiendo por su rodilla, su muslo y al llegar a esa frágil tela. Entendió lo que debía de hacer por inspiración divina, lo haría, definitivamente esa noche la haría mujer, pero antes quería besar sus labios una última vez.

ANGELS OF DEATH - UN DIOS PARA TÍ (RAY Y ZACK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora