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Rápidamente llevó las manos a la puerta del auto, sin embargo Akaza le puso seguro y frenó de golpe, sujetando las manos de Senjuro con fuerza mientras comenzaba a gruñir dominante. -Se un buen niño y obedece o abtente a las consecuencias. Ya te dije, pronto verás a Douma.-

Senjuro chilló asustado como conejito y bajó las orejitas paralizándose del terror, obediente al alfa.

Michikatsu corría por el bosque emocionado de tener a su pequeño y adorable zorrito sobre su lomo chillando de miedo mientras se aferraba a su cuello con sus garritas temiendo caer.

En cuanto llegaron a la cabaña, Michikatsu caminó al sótano y se transformó en humano al llegar a una puerta metálica, teniendo a su pequeño y delicado zorrito temblando aterrado en uno de sus grandes brazos.

Sonrió ladinamente viéndolo mientras alzaba la mano por encima de la puerta y la apoyaba en un lector de huellas. La puerta de abrió por unos cinco segundos en los que el alfa lobo ingresó escuchándose la puerta cerrar detrás suyo. -Bienvenido a tu nuevo hogar, mi amor.- Tocó una tecla y una gran cantidad de luces de colores, incluyendo estrellas con movimiento en el techo, se encendieron.

Las luces coloridas lograron tranquilizar un poco a Douma, quien observó con curiosidad un enorme colchón en el suelo y una cama matrimonial junto a este. En la cama había una gran cantidad de peluches y almohadones. Frente a la cama había un gran armario con un espejo en este, un televisor junto al armario empotrado a la pared, una heladera debajo del televisor y a la pared contraria de la cama un sofá.

Michikatsu dejó con cuidado a Douma en el suelo, quien con la colita entre las patitas traseras y las orejitas bajas comenzó a recorrer la habitación y olfatearla, notando que todo tenía el aroma del alfa: madera y café.

Cuando el pelinegro se acercó a el, chilló asustado y se escondió bajo la cama. -Tranquilo Dou.- Rió con ternura sentándose en el suelo apoyando la espalda en la cama y estirando las piernas sobre el colchón del suelo. -No te haré daño pequeño, solo quiero lo mejor para ti. Después de ver como te trataba tu horrible familia y el idiota de tu hermano hice este lugar para protegerte. Pero no esperaba que escapes y tuviera que traerte antes.- Vió al zorrito asomar la cabeza alzando las orejitas con curiosidad y internamente sonrió alegre de que haya caído tan fácil. Sí, pensaba secuestrarlo, pero quería hacerlo la siguiente semana, luego de que hubiera llegado una compra que hizo para poder soportar la compañía de su hermoso zorrito sin abalanzarse y profanarlo antes de tener su consentimiento.

Douma se transformó en humano, quedando acostado en el suelo viendo el rostro del mayor. -Usted... ¿Es mi ángel guardián? Dicen que cuando estás en problemas tu ángel guardián te salva y cuando huí de mi familia y usted me encontró en el lago me salvó.-

-Así es pequeño, soy tu ángel guardián. Yo te protegeré por el resto de tu vida de que tu familia no te encuentre. Me llamo Kokushibo.- Sonrió dulcemente viendo sus hermosos arcoíris que lo estaban hipnotizando.

-¡YEY!- Douma salió de abajo de la cama y saltó sobre el alfa abrazándose a su cuello. -¡Muchas gracias Kokushibo!-

El lobo tuvo que soportar las ganas de arrancarle la ropa y poseerlo ahí mismo, limitándose a rodear su delicado y sensual cuerpo por la cintura mientras hundía el rostro en su cuello, disfrutando ese delicioso y dulce aroma a melón y chocolate.



Senjuro chillaba aterrado arañando el vidrio de la ventanilla del auto, viendo como los autos que pasaban junto a ellos lo ignoraban pese a sus gritos fuertes. -¡AYUDA POR FAVOR!¡ESTE HOMBRE ME SECUESTRÓ!¡SÓLO QUIERO ENCONTRAR A MI HERMANO!-

-Buen intento mi conejito, pero los vidrios son polarizados y el auto está insonorizado, nadie podrá verte ni oirte. Y ya te dije, vas a poder ver a Douma muy pronto.- El alfa pantera rosa estiró un brazo y acarició suavemente una de las orejitas del rubio, viendo como bajaba las orejitas al instante y comenzaba a ronronear, retrocediendo hasta recostar su cuerpo sobre el costado del alfa para sentir sus caricias.

-Sin duda vas a ser un omega delicioso.- Sonrió satisfecho Hakuji viendo como cerraba los ojos y se quedaba dormido en su costado. -MÍ omega.-

Kyojuro caminaba nervioso de un lado a otro en la puerta de la comisaría donde sus padres denunciaban la desaparición de Douma y Senjuro.

-Todo esto es mi culpa, estaba tan triste por el rechazo de Giyuu que malinterpreté el cariño de Douma. Ahora papá y mamá creen que Douma y yo queremos algo y quieren juntarme con el; el pobre Senjuro es el único que podía ayudarnos y ahora el tampoco está aquí. Todo esto es mi culpa.- Sollozó sintiendo lágrimas caer, lágrimas que se limpió rápidamente. -No vale la pena llorar. Ellos tienen que estar bien, tienen que estar cerca, tienen que estar juntos... ¡Tengo que encontrarlos!- Decidido, se transformó en tigre y corrió hacia su casa a toda velocidad para olfatear prendas de sus hermanos menores y buscarlos.

Shinjuro y Ruka salían de la comisaría de la mano. -Al fin nos deshicimos del inútil de Senjuro.- Sonreía Ruka dándole un beso en los labios a su esposo.

-Si, lástima que se perdió el precioso de Douma.- Susurró el alfa devolviéndole el beso a su esposa.

-Si, hacia linda pareja con Kyojuro.- Hizo un puchero la omega.

-O conmigo.- Sonrió de lado el alfa.

Ruka volteó a ver a su esposo curiosa. -¿Desde cuando te gusta Douma?-

-Desde pequeño siempre fue tan tierno y cariñoso con sus abrazos, y ahora que está más grande, ese cuerpo me vuelve loco.- Gruñó ansioso el alfa.

La omega retrocedió asustada. -P-Pues cuando estés en celo puedes estar con el, si es que lo encontramos.-

-Si, sino no me molestaría someter a Kyojuro y comvertirlo en omega. De ese modo si vuelven Douma y Senjuro te tendría a ti para los días comunes y a ellos tres para cuando esté en celo. De todos modos ya lo hicimos antes con nuestro primer hijo.-

-Lástima que Tojuro murió luego del primer celo, su cuerpo no estaba listo para tu fogocidad. Pero estoy segura de que Kyojuro y Senjuro podrán. A Douma tendrás que moldearlo más porque está más pequeño.-

-Gran idea Ruka, aunque cuando ellos ya no estén tendré que volver a hacerlo contigo.-

-Ni loca, prefiero que tengas hijos con ellos y los folles a esos bebés cuando crezcan.-

-Cada día me sorprendes más cariño, por eso me casé contigo, hermanita.- Se acercó y abrazó por las caderas a la más jóven.

-Y yo volvería a casarme una y otra vez contigo, hermano.- Se abrazaron repartiendo un beso fogoso.

Kyojuro regresó entre sollozos y se abrazó a sus padres transformándose en humano.

Los mayores al sentir el abrazo rompieron el beso y abrazaron al rubio de puntas rojas. -N-No pude encontrarlos.-

El matrimonio sonrió con tristeza fingida y besaron ambas mejillas de su segundo hijo. -No te preocupes Kyo, ya aparecerán.-

Mi omega [MichiDou](+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora