-Buenos días mi conejito.- Sonrió ladinamente el pelifucsia dándole besos en el cuello al menor. -Veo que ya descubriste el baño, eres un pequeño muy curioso.- Acostó a Senjuro boca abajo en el colchón y se acomodó sobre su espalda cuidando no aplastarlo. -Me pregunto que tan curioso eres, mi lindo conejito.-
-B-Basta... N-No quiero.- Sollozaba el rubio comenzando a llorar mientras sentía besos en su cuello y caricias en su espalda.
Akaza bufó apoyando la frente en su cabeza para luego separarse y soltar al infante. -Ya ya, tranquilo.- Bajó el colchón del suelo y se sentó mirando las sábanas para distraerse. -No te haré nada, al menos no por ahora.-
Senjuro hizo un puchero y se asomó viendo con curiosidad al mayor. -¿No?-
-No. Aún eres muy pequeño para hacer algo. Lo único que iba a hacer era acariciarte un poco y besarte. Hasta que no entres en celo no iba a hacer nada más.- Hakuji se recostó en el colchón y cerró los ojos frustrado.
Senjuro hizo un puchero y bajó de la cama al colchón, recostando tímidamente su pequeño cuerpo junto al sorprendido Hakuji, apoyando la cabeza en uno de sus hombros. -¿C-Cuál es tu nombre?-
Hakuji sonrió con ternura y abrazó cariñosamente la cintura del rubio. -Me llamo Akaza.-
-Akaza, ¿cuándo podré ver a mi familia?- Preguntó el ojiamarillo y rojo alzando la mirada a los ojos dorados del mayor.
-Pues... No sé... Si mi amigo lo autoriza podrás ver a Douma tal vez.- Respondió acariciando con el pulgar su cintura mientras lo abrazaba.
-Gracias.- Susurró el Rengoku cerrando los ojos.
Hakuji sonrió con ternura y acurrucó al adolescente entre sus brazos. -Te voy a cuidar muy bien, mi pequeño.-
-Solo quiero estar de nuevo con mi hermano.- Suspiró con tristeza el rubio.
El pelifucsia acarició suavemente su cabello acurrucándolo entre sus brazos y volteó a verlo a los ojos. -Voy a hablar con mi amigo para que te deje verlo ahora.- Susurró besando dulcemente su frente.
-Gracias.- Susurró Senjuro suspirando triste.
Michikatsu sonreía tontamente al tener a su zorrito dormido encima suyo acurrucado en sus pectorales, al menos hasta que su celular vibró en su bolsillo trasero, por lo que bufó frustrado sacándolo de este viendo un mensaje de su amigo.
_Mi bebé quiere ver a Douma._
Michikatsu cerró los ojos molesto y los volvió a abrir para responder.
_Mi niño está durmiendo encima mío. No pienso mover un solo pelo. Que se aguante hasta que despierte._
Respondió secamente el pelinegro para luego apagar su celular y dejarlo de lado, sonriendo con ternura al ver al híbrido de zorro acurrucarse mejor encima suyo, por lo que comenzó a acariciar dulcemente su cabello escuchándolo ronronear. -Tan tierno... Va a ser un omega adorable.- Pensó para luego quedarse dormido con el platinado.
Hakuji bufó frustrado y regresó con el híbrido de conejo, quien estaba sentado en la cama viéndolo curioso. -Perdón mi bebé, pero tu hermano está dormido. Tendrás que esperar que despierte.- Se acercó y se sentó a su lado.
-Ohh... Está bien.- Sonrió algo triste Senjuro bajando sus orejitas de conejo y se abrazó a si mismo.
Al verlo, Hakuji lo abrazó suavemente por la cintura acurrucándolo en sus brazos.
Kyojuro gruñía frustrado, seguía buscando con su forma de tigre y no tenía rastro de sus hermanitos. El de Douma se perdía en el lago cercano al campo de golf, y el de Senjuro a la salida del bar. Parecía que ambos habían desaparecido, como si se los hubiera tragado la tierra.
Decidió regresar al lago, donde provenía el último aroma de Douma y siguió el poco rastro que quedaba justo en un árbol hueco con marcas de garras, las cuales tenían el aroma de un alfa dominante.
Sollozó con tristeza y entró al hueco del árbol sintiendo el aroma de su querido hermano menor. Por el aroma del alfa y las marcas de garras tenía dos posibles escenarios terribles.
Escenario uno: Douma despertó su celo y ahora es un alfa dominante y está perdido.
Escenario dos: Douma fue atacado por un alfa dominante.
Apoyó la cabeza en la madera del árbol hueco sollozando con tristeza. -Soy un grandísimo idiota. Se que amo a mis hermanos y amo demasiado a Douma. Pero el no me ama así, no puedo obligarlo. Y mis padres que querían obligarlo a estar conmigo. Me quiero ir de casa, quiero ir con Douma y Senjuro. Me preocupan mucho mis hermanitos.- Pensó entre sollozos.