Antes de la cena

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El tamaño de la cabaña hace que aún con cinco personas reunidas en la sala ésta se vea espaciosa.
La llegada de Lucas y Martin ayudó a equilibrar el ambiente, insertando en un antiguo tocadiscos uno de los únicos tres discos que encontraron, debatiendose entre Vivaldi, Bach y Black Sabbath.

-Entonces, Will... ¿Cómo es que conociste a Hannibal?

Aprovechando que el mencionado fue a preparar la cena, Duncan está leyendo y Lucas entabla una amena plática con Le Chiffre, Martin decide acercarse y comenzar una conversación con el nuevo invitado.

No puede evitar sentir curiosidad ante la única persona que Hannibal les ha permitido conocer de su vida actual. Aparte del desaparecido tío Lecter, Martin solo sabe que su hermano ejerció la profesión de médico y que tiene un interés gastronómico especial. Todo lo demás Hannibal ha logrado ocultarlo. Por supuesto, Will conoce estos detalles con tan solo una mirada a su nuevo interlocutor.

-Bueno, él era mi psiquiatra, pero también el asesino a quien yo estaba investigando

Una mueca aparece en sus labios ante ese agridulce recuerdo. Ha pasado mucho tiempo desde aquellos días en que jugaban a ser médico y paciente.

El sonido de una pequeña risa lo saca de sus pensamientos. Martin cree que está bromeando, siente un ligero alivio de saber que Will conoce el lado oscuro de su hermano, pero duda mucho que esas fueran las condiciones de su encuentro. Decide seguirle el juego.

-¿De verdad? No puedo imaginar como eso termino en un matrimonio en vez de algun arresto

Ahora es el turno de Will para reír. No siente alegría, pero hace mucho que tampoco hay un sentimiento negativo.

-Los hubo, y más que eso. Pero al final descubrimos que ninguno podía vivir sin el otro.

Es solo hasta ese momento que Martin nota las cicatrices que cubren el rostro de Will; un gran corte en su frente, no tan profundo como el que cubre su mejilla. Se pregunta si ambos dolerán con el frío, mientras su rostro palidece.

-Vaya... Me alegro que terminara bien para ustedes dos

Martin carraspea, pasando una mano por su cabello antes de ponerse de pie, sintiendo derrepente la garganta seca.

-¿Quieres una cerveza?

-Preferiría whisky, gracias

Will ve como se marcha a la cocina antes de desviar su mirada y admirar como el fuego va consumiendo la madera de la chimenea. 

Con el paso de las horas empieza a acostumbrarse a ver tantos rostros similares, ninguno es realmente como Hannibal. El tiene algo especial. Su mirada es más profunda, intrigante.

- Vivaldi. Concierto No.4 en Fa menor L'Inverno. En el II movimiento el violín solista evoca el disfrute del hombre ante el calor hogareño, mientras la lluvia del exterior es interpretada por los pizzicatos del violín primero y segundo.

Hannibal entra a la sala llevando su vaso de whisky así como una copa de vino para él. Se sienta junto a Will dejando un beso en su sien.

-No siento realmente el calor hogareño

Will da un largo trago a su vaso antes de suspirar, cerrando los ojos conforme siente entrar el alcohol a su sistema.

-Un hogar Will, se forma ante un lazo emocional que permite sentir seguridad y comodidad

Sin poder evitarlo acerca su rostro al cuello de Will inhalando el aroma. El sudor del camino y la primera impresión se mezcla con su mala colonia después del afeitado y rastros de jabón en la ropa. Para muchos no puede ser agradable, pero Hannibal adora sentir aquella esencia tan característica.

-Personalmente, no puedo decir que cerca de ti me sienta extraviado

-No hagas eso

Will empuja suavemente su rostro, para después inclinarse hacia atrás recargando su cuerpo en el pecho del otro.

-¿Terminaste la cena? Hace mucho que no preparas algo para varias personas

Hannibal ignora el echo de que el anfitrión de la casa se encuentra a escasos metros, concentrándose en la imagen frente a él.

- Es dificil acoplarse a los ingredientes de una cocina con tan poco uso

Antes de poder describir el platillo a servir, la puerta de entrada se abre con fuerza, dejando entrar a una figura envuelta en una abrigadora chamarra de piel, quién avanza con rapidez hasta sentarse frente a la chimenea, dejando que la nieve que lo cubre comience a derretirse

-Lamento la tardanza. Se me congelaron las bolas mientras conducía bajo una tormenta de nieve.

Desde el ángulo donde está Will no puede ver al nuevo invitado. Su acento le indica que tampoco vive cerca, pero no logra determinar el país exacto a donde pertenece.

-Le agradecemos a ti ya tus bolas por llegar antes de la cena

Hannibal habla, sorprendiendo a su pareja por aquella soltura que solo ha mostrado con pocas personas y notando como esa altanería es respondida por una sonora carcajada desde el suelo.

Hasta este momento no se había percatado de algo importante. Ninguno le teme a Hannibal Lecter.

-¡Oye! Pero si es el maldito niño Lecter, creí que preferías seguir comiendo culos latinos , y no de manera metafórica, a venir a esta aburrida reunión

Liberándose de su empapada chamarra agradece cuando Duncan le entrega una toalla, envolviendose en ella antes de volver a ver a su hermano menor con una sonrisa. Quién diría que en ese instante su rostro cambiaría a una mueca de terror.

-¿Qué carajos hace Adam aquí?

Hannibal frunce el ceño sin saber de qué está hablando. El corazón de Will late más rápido una vez las palabras entran a su cabeza

-¿Cómo es que conoces a Adam?

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