Capítulo 6

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El fin de semana ha llegado, mamá y papá están de viaje, en la empresa lo han programado para firmar un negocio con otro socio, se requería viajar tres días, por lo cual mis padres me dieron la charla de no hacer nada indebido y portarme bien, también se despidieron alegando que seré la mejor estudiante este mes en la universidad central, el lunes de regreso ya no estaré porque nos llevarán directo a la fraternidad para instalarnos y empezar el proceso de preparación.

Laura está con Alan, muy emocionada me avisó que irían al concierto al que la había invitado así que yo, para matar el aburrimiento le pedí el favor de averiguarme la dirección de Luka, ella se lo saco a Alan y por ello, voy de camino al departamento.

La verdad me desconcertó un poco su actitud la última vez que nos vimos, sin embargo; tenemos algo en común: el cachorro.
Por lo tanto aprovecharé este fin de semana para cuidarlo, así que por ello tengo que ir a verlo.

Calle#14
El segundo piso, puerta número 46.

Me es fácil encontrarlo, subo al elevador y espero, cuando me deja en el pasillo empiezo a buscar la puerta con el número indicado, la encuentro y prosigo a tocar.

Espero.

Nada.

Vuelvo a intentar, me recibe un chico alto, pelo negro y piel blanca, inmediatamente relaciono con que es el hermano de Luka, debido a su extremadamente raro color de piel.

—Eh...Hola, soy Susy. ¿Se encuentra Luka?— pregunto, avergonzada ya que este parece recién salido de la ducha, está en playera y bueno, su cabello negro chorrea un poco.

—Si, está en su cuarto, puedes pasar, es el que está en la parte izquierda. — dice retirándose y abriendo la puerta para mí.

Le hago caso, tocó y nada, no abre, al principio creo que esta sordo pero no, si inclino un poco el oído puedo escuchar que hay música sonando.

—¡Ey, Mackenzie! Te buscan — grita su hermano, golpeando con fuerza la puerta.

Nos recibe un Luka con cara malhumorada y despeinado.

—¿Que quieres Susy?— dice con pesadez. —Ya puedes largarte, Jackson.

Su hermano se marcha, dejándonos solos, yo me cruzo de brazos, Luka me imita, echando su cuerpo al marco de la puerta.

— repito, ¿Que buscas?, ¿Quién te dio mi dirección?— pregunta, arrugando la cara.

—Primero, no me hagas esa cara, Alan me hizo el favor. — digo, sacudiendo una mano. — y segundo, vine por el cachorro, ¿Donde está?

El suspira, se quita de la puerta y me deja entrar, encuentro al cachorro en una cama para perros dormido.

— Ahí está, lo bañe hace poco.

Yo me inclino, acariciandolo y este se estremece.

—Esta muy lindo, has cuidado bien de él.— sonrió, mientras el cachorro abre sus ojitos y me lame la mano.

—Si, pues ¿Que mas podía hacer? No viniste ni preguntaste por el, pensé que me lo dejarías a mí y sería una parodia lo de cuidarlo ambos, suerte que mi hermano también se encariñó con el y lo cuido cuando venía de la universidad.— dice, sentándose en la cama, yo me levanto y me pongo justo enfrente de el, en un pequeño sillón.

Es ahí cuando me permito observar su cuarto, es sencillo, sin muchos arreglos pero a la vez acogedor, tiene un escritorio donde hay un computador, libros y hojas.

—Luka, ¿Que hice para que estés enojado?— preguntó, es algo que llevo pensando desde ese día.

—Nada, solo que preferí tomar distancias, no soy de apegarme mucho a las personas.— dice cortante, sin mirarme.

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