Jackson.
Domingo en la noche, me encontraba manejando de regreso a casa después de largas horas de estudio.
Medicina es una carrera genial, si, más cuando amas salvar vidas pero, también es díficil, tienes que aprender si o si, códigos, párrafos, teorías.
Esto requiere mucho esfuerzo.
Gracias al dinero que papá y mamá habían puesto en una cuenta de banco para Luka y yo, ambos tenemos nuestros estudios seguros.Pero no los tenemos a ellos.
Suspiro, borrando de mi mente el recuerdo que tanto empeño pongo por ocultar.
Ayer por la noche tuve una discusión con mi hermano, ciertamente el tenía razón, suelo ser muy sobreprotector.
Sin embargo; es que no quiero que errores del pasado que yo cometí, el los haga.Dios.
Paro en el semáforo, espero a que cambie de color y avanzo.
La vida suele ser muy injusta a veces o simplemente no sabemos valorar las cosas, hasta que no las tenemos.
Vivimos en un constante de toma de decisiones, cada una de ellas trae sus consecuencias.
Ojalá me hubiese detenido a pensar en ellas hace dos años atrás.Sacudo mi cabeza, no vayas ahí, Jackson.
Aceleró un poco, queriendo llegar rápido a casa y tener una conversación con mi hermano.
Después de regresar de la supuesta pijamada no me ha dirigido la palabra, se que no es porque no lo quiera, sino que espera el momento adecuando para ello.
Pero una de las cosas que aprendí es que cada instante vale, cada sonrisa, cada mirada, cada charla...es algo único, irrepetible.Cuanto los extraño.
Freno en seco, pero ya es demasiado tarde, aunque el golpe no es duro, debido al impacto del freno, salgo disparado de la moto.
Pasan unos instantes en los que estoy desorientado, en los oídos hay un insoportable pitido y mi vista nublada se va aclarando.
Personas están a mi lado levantándome pero puedo observar que también hay otras tres levantando a alguien más.
No puede ser.
—Joven, ¿Esta bien?—me pregunta una señora mientras me da leves palmadas en la cara.
—tuvo un accidente, ¿Recuerda como se llama?—Si, Jackson, Jackson mackenzie.— respondo, incorporándome. Afortunadamente no me duele nada, más que el brazo, pero es un dolor leve. —la otra persona...¿Esta bien?
Preguntó a la señora.
—si, es una muchacha que iba con su cachorro, pero afortunadamente no le ha pasado nada.
Camino hacia la muchacha y me sorprendo al ver que es la misma rubia que hace unos días fue a casa por Luka.
—¿Jackson?— pregunta está, mientras abraza al cachorrito que se, es de mi hermano y ella.
—Su...¿Susana?—balbuceo, en realidad no recuerdo cómo era su nombre como tal.
—Soy Susy, ¿Me recuerdas? Fui hace un par de días...
Pero la cortó.
—Si claro.— asiento, mirandola de arriba abajo.— ¿Estás muy herida?—pregunto acercándome y inspeccionado su barbilla, tiene una herida de la cual salen gotas de sangre.— deberías....deberías ir al hospital. Yo...lo siento, no te vi....no entiendo que paso.—No, a ningún hospital, estoy bien solo....necesito curar mi barba pero ya...— dice, avergonzada — además yo...fui la culpable...cuqui...se me soltó y iba a por el, no me dio tiempo de retroceder y...bueno, aquí estamos.