Doggy y Bunny son otro tipo de Infectados, cuando Doggy y Player van a salvar a Bunny se empezo a formar un lazo de amistad
Un accidente hizo que estos dos no se vieran por un tiempo
Doggy estuvo en una mentira y Bunny tenia nuevos amigos, compañero...
La pequeña cebra corrió a abrazar al cerdito. -¡Georgie!-, exclamó, con preocupación en su voz. -Estaba preocupada por ti-.
Georgie sonrió débilmente. -Lo sé, Zuzy, te extrañe a ti y a Zee-.
Zee, que estaba a su lado, sonrió con timidez. -Georgie, yo soy Zee-, corrigió suavemente.
Georgie se disculpó, algo avergonzado, pero después preguntó con curiosidad: -¿Por qué estás sola, Zee?-.
Zee suspiró y respondió con un tono misterioso: -Larga historia...-.
Atrás de ellos, salió Richard, que se acercó con curiosidad. -¿Quién es ella?-, preguntó, mirando a Zee con interés.
Georgie se volvió hacia Richard, con una expresión de sorpresa. -Oh...-, comenzó a decir, pero se detuvo, como si no supiera qué decir a continuación.
Atrás de ellos, salió Richard, que se acercó con curiosidad. -¿Quién es ella?-, preguntó, mirando a Zee con interés.
Georgie se volvió hacia Richard, con una expresión de sorpresa. -Oh...-, comenzó a decir, pero se detuvo, como si no supiera qué decir a continuación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La joven coneja se encontraba súplicando, con lágrimas en los ojos, mientras la loba la miraba con una sonrisa cruel.
-¡POR FAVOR YA NO ME LASTIMES!-
La loba se rió con desdén. -Pero si apenas la diversión está empezando...-
La coneja se retorció de dolor. -Eso duele...-
La loba se acercó más, su voz tomó un tono amenazante. -Y te pasarán cosas peores si es que no me dices lo que yo te estoy pidiendo...-
La coneja negó con la cabeza, desesperada. -Simplemente... yo no puedo...-
La loba se rió de nuevo. -¿No?-
La coneja repitió, con voz temblorosa. -No, yo no lo sé.-
La loba soltó bruscamente a la coneja, que cayó al suelo con un gemido de dolor. La expresión de la loba cambió a una de furiosidad absoluta.
-¿¡COMO NO LO SABÉS!? ¡Por algo puedes estar así!-, gritó la loba, su voz resonando en el aire. -¡ES MI OPORTUNIDAD DE VOLVER A VERLO SANO Y SALVO A ÉL!-
La coneja se retorció por el dolor físico, pero logró hablar con una voz débil. -De... ¿quién hablas...?-
La loba se acercó más, su rostro a escasos centímetros del de la coneja. -Ese no es asunto tuyo...-, gruñó, su voz llena de amenaza.