Capítulo 17 - Unas charlas inesperadas

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A duras penas me levanto de nuevo y me acerco lentamente a mi cama, es como si estuviera enfermo pero a la vez sé que estoy perfecto, en términos de salud física...

Me tiro en la cama y me envuelvo en las sábanas dejando que me calienten un poco.

—Por favor, solo quiero dormir un poco —susurro mientras entierro mi cara en la almohada.

Contra todo pronóstico logre conciliar el sueño aunque no fue por mucho tiempo, solo una hora o así, pero logre descansar un poco y me empecé a sentir un poco mejor.

Me levante de la cama aun con algo de cansancio pero quería hacer algo, moverme un poco, no me podía quedar todo el santo día tirado en la cama por más que lo deseara.

—Mejor si me doy una ducha primero.

Entro al baño, móvil en mano, y me quito la ropa y pongo a sonar la playlist, acto seguido me meto en la ducha y disfruto un rato debajo del agua.

Espero que Luke este bien... tuvimos una discusión bastante grande y dije cosas muy estúpidas...

Aunque seguramente ya vaya a pasar de mi... no joder no, Luke nunca haría eso, confió en él más que en nadie...

Ya, pero dudo que él confié en mí, si no, no me habría mentido el otro día respecto a su cicatriz... joder, eso no es así joder... confió en Luke y el confía en mi...

Cierro el agua de golpe y salgo casi corriendo de la ducha parando la música.

—Joder...

Me seco y visto en tiempo récord y salgo de mi cuarto a la carrera, paso por la cocina y me encuentro con alguien que no me esperaba.

—Buenos días, Edén ¿te sientes mejor?

—X-Xabier —digo casi en un susurro.

—¿Paso algo chico? —pregunta mientras pasa la página del periódico que estaba leyendo.

—N-nada, solo que pensé que estaba solo...

—Tranquilo, solo estoy haciendo tiempo, me voy en nada, además Marisa me pidió que estuviera atento por si querías algo, que estabas mal hoy —dice mientras deja el periódico cerrado a un lado.

Joder... hasta Marisa lo noto...

—Ya... bueno yo... —empiezo a decir.

—Edén querido, no te voy a mentir, entiendo que ha pasado algo, si tengo que apostar diría que algo relacionado con tu pasado.

Me quede muy callado escuchando a Xabier.

—A lo que voy diciendo esto, sabemos que, por desgracia, no lo has tenido nada fácil en tu vida, pero, nosotros —hace un círculo con el dedo —estaremos ahí para ti, cuando nos necesites, tal vez pienses que debes afrontarlo solo porque ya hemos hecho demasiado por ti, pero ese no es el caso hijo.

Noto como las lágrimas empiezan a acumularse en mis parpados y estan a punto de romper, pero dejo que Xabier siga hablando.

—Si Marisa y yo hicimos lo que hicimos fue para ayudarte, para darte una vida que puedas vivir feliz y ayudado cuando lo necesites y no con los simios con los que convivías antes, perdona por la expresión, pero a lo que voy con todo esto es —noto como las lágrimas empiezan a fluir —que si necesitas hablar con alguien, necesitas tu espacio o necesitas algo en general, puedes decirlo no callarlo y cerrarlo dentro de ti ¿vale hijo?

No soy capaz de que salgan las palabras de mí, por lo cual asiento débilmente y veo una sonrisa cálida en el rostro de Xabier, este se levanta y se acerca a mí con calma.

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