—No puede ser ¿verdad? No puede ser Él, es imposible —susurro para mí mismo, llevo ya un rato en la cama y me es imposible dormir.
Tengo la mente completamente en blanco, el hecho de incluso creer que le vi ya es suficiente para provocarme un ataque ansiedad, se pudo ver bien antes...
—Él no puede estar aquí, es imposible joder...
Rebusco en lo más profundo de mi memoria pero no llego a nada, solo llego a lo mismo... la imagen de Luke borracho y diciendo estupideces ¿pero qué hago pensando en eso ahora mismo? Esta noche ha sido bastante horrible en general... otro motivo para odiar Halloween.
Quito las sábanas de encima de mí y me incorporo, estoy completamente nervioso por lo que no soy capaz de pensar en nada más y siento nauseas.
—Tal vez si... —me doy cuenta de lo que estoy diciendo y desvió el pensamiento tan rápido como apareció, se lo prometí a ellos, no puedo hacerles eso de nuevo...
Necesito tomar el aire.
Me incorporo y me acerco a la puerta de la terraza, levanto la persiana, y la abro rápidamente, nada más salir me azota una ráfaga de frio viento otoñal que me congela hasta las huesos al instante, está mucho más frio de lo que pensaba pero no me detengo.
Arrimo mi puerta y me voy hasta el borde apoyándome en la barandilla que cerca la terraza. Como ya lo dije otras veces, la vista es preciosa y más a esta hora, es bien entrada la noche, se ve a lo lejos la luz de la ciudad pero el cielo está muy despejado y se ven unas pocas estrellas.
Al fijarme más me viene recuerdos a la mente, recuerdos que pensé que no eran capaces de existir, recuerdos de antes de que todo llegara a pasar...
El que más tiempo se queda en mi cabeza es la imagen de Taylor y yo, de más pequeños, yo debía tener no más de siete u ocho años, mi hermano tendría alrededor de dieciséis o quince años, estábamos en la casa de verano de nuestra familia en Barcelona pero eran principios de diciembre, tuvimos que ir por no sé qué rollos y Taylor me llevo a una playa cerca de nuestra casa para ver las estrellas, sería fácil pensar que no se verían pero estábamos lejos de la capital en una pequeña zona medio rural perdida de la mano de dios, era impresionante que hubiera una playa y todo, pero... recuerdo como nos quedamos hasta muy tarde mirando al cielo y viendo estrellas, es tal vez uno de los pocos recuerdos que guardo de mi hermano, cuando era amable y protector conmigo.
Cuando me quise dar cuenta noté como tenía la cara algo mojada pero al momento me di cuenta de que era.
—Vaya ¿aun soy capaz de llorar así? —pregunte para mí mismo mientras me tumbaba en el frio suelo y dejaba que fluyeran las lágrimas mientras miraba el cielo nocturno.
—Sabía que estarías aquí —al instante me incorporo para ver a Luke en el umbral de la puerta de su cuarto.
—Hola —digo mientras limpio mis mejillas y me tenso.
—Hola —responde él y se instala el silencio.
Nos miramos mutuamente, ninguno de los dos quiere dar el paso a hablar, es comprensible, la noche ha sido demasiado intensa para los dos, pero igualmente supongo que en algún momento tendremos que hablar de lo ocurrido, vamos, creo que es lo más razonable, pero no sé si sea el momento, no con... con como estoy...
Después de lo que pareció una eternidad, pero seguramente no fueron más de unos segundos, Luke se acerca a mi sin despegar sus ojos de los míos y se sienta a mi lado, aun sin decir una sola palabra.
Yo hago lo propio y, sin pensarlo mucho, me vuelvo a tumbar en el frio suelo y sigo mirando al cielo.
No pasan ni unos segundos cuando Luke me imita y nos quedamos ambos, en el suelo de la terraza, mirando al cielo de la noche.
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Alma Quebrada
Romans¿Qué pasaría si, en un solo instante, toda tu realidad, todo lo que te mantiene unido al mundo, se quiebra? ¿Te rompes por dentro? ¿Acabas con tu propia existencia? Tal vez puedan ser buenas soluciones, pero yo tengo una visión distinta de ello, o e...