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Gael se encontraba junto al rubio, había decidido acompañarlo a la vigilia que harían en conmemoración a las victimas, en donde las porristas, los jugadores y la banda, estaban obligados a ir.

-No quería estar aquí de esta forma. Quería estar como un fanático. Y que los demonios de Sunnyvale y las brujas de Shadyside nos dieran nuestro querido fútbol americano. En cambio, me encuentro aquí en calidad de esposo, padre, vecino. Y sí, como alcalde de Sunnyvale.-Habló un hombre.-En nombre de todo nuestro pueblo, les digo que Sunnyvale llora con ustedes.

-Mentira.-Susurró el Sallow con enojo. Su novio, miró alrededor y una vez notó que las miradas no estaban en ellos, él rozó su mano con la de Gael y las unió. Eso relajó al azabache.

-Si, seguro. En serio parece que les importa.-Soltó Kate al lado de ellos.-Solo vinieron los de Sunnyvale lo que tuvieron que hacerlo. El equipo y las porristas.

Gael asintió con el ceño fruncido. Deena miraba a Sam junto a un chico alto, un jugador, manosearla.

-Tenemos el corazón lleno de dolor...

-¿Dee?-El chico Sallow llamó a La Johnson. Ella lo miró con lagrimas en sus ojos. Gael se separó de su novio y se acercó a ella, la abrazó de lado mientras le susurraba algo que le sacó una risa.-Ve a devolverle sus cosas de una vez, y luego vamos a tomar un helado de esos en palillos que nos congelan el cerebro. No dejes que ella te rompa.-La chica asintió y le sonrió.-Vamos, vete, vete.-Deena salió de allí, dejando a los tres amigos, Kate, Simon, y él.

Gael volvió a su lugar: Al lado de su novio.

-Mi familia ha estado aquí por generaciones, y ahora mi hermano es el alcalde y yo el sheriff. Hemos prosperado aquí. Pero he visto a mis vecinos de Shadyside sufrir una tragedia más otra.-Esta vez la voz del discurso de pena no era del alcalde, sino del sheriff Goode.-Es fácil, en momentos como este, preguntarse por qué...por qué pasó esto. Pero sé demasiado bien que no hay respuestas que brinden alivio. No hay paz en el pasado. No debemos caer en la oscuridad. Debemos recurrir a la luz.

-¡Claro! Lo que deberíamos hacer es encender una mecha e incendiar Mierdiside.-Insultó el chico que manoseaba a Sam. La ex de Deena.

-¿Qué dijiste?-Uno de los jugadores de Shadyside, preguntó.

-Dije que no es una tragedia si pasa todas las semanas. Es una broma.-Volvió a hablar el que le faltó el respeto a la parte de la ciudad donde vivía los cuatro amigos.

Gael vio como los jugadores empezaban a ponerse en linea, para defenderse entre ellos.

-Esto está a punto de volverse un desastre.-Avisó el azabache.

-¡Repítelo, malnacido!-El Shadysider le exigió al de Sunnyvale, y junto con esas palabras le acompañó un pequeño empujón que le hizo enojarse y golpearlo en el rostro.

Y con eso la guerra se desató.

Shadyside vs. Sunnyvale.

Los de Shadyside empezaron a defenderse de los de Sunnyvale, y entre ellos estaba Simon, que Gael no supo en que momento se metió allí, pero si supo que él iba a acompañarlo.

El de ojos cafés vio a su novio correr hacia el chico, que ofendió con sus palabras, con un horqueta en su mano.

Simon se acercó a él y lo golpeó justo en la espalda, tratando de liberar al chico que agredió. El tal Peter,-nombre gritado por un jugador de Sunnyvale-, se dio la vuelta y miró como el rubio le sacó el dedo medio.

Sus fosas nasales se abrieron con enojo listo para ir a atacarlo, pero el puño de alguien interrumpió su pensamiento violento, provocando que trastabille un poco. Sus ojos se cerraron de la sorpresa, y cuando pudo recuperarse, los abrió viendo al Sallow con la misma mirada que él llevaba hace segundos.

Gael tomó a Peter de la camiseta y arrimó su rostro al suyo.

-Llegas a tocar un solo cabello de mi novio, y te parto la cara de idiota que cargas de nacimiento.-Susurró con fuerza, Peter lo siguió mirando por lo que Gael, por primera vez luego de mucho tiempo se dejó llevar por su odio.-¡¿Me oíste?!-Otro golpe cayó en el rostro del novio de Sam-Y que ni se te ocurra hablarle mal.

Simon se acercó a su novio, y tomó su brazo, sabía el pequeño historial violento que podía llegar a tener él. Y no quería que le pasara nada, mucho menos habiendo un sheriff cerca.

-Gael.-Murmuró el rubio, logrando que este lo mirara y soltara al de Sunnyvale.

Ambos se fueron del área donde la pelea seguía. Se alejaron a donde no había nadie. Donde nadie los pudiera molestar, o interrumpir.

-Lo siento.-El Sallow se disculpó con el Kalivoda por como se comportó anteriormente, estaba avergonzado y eso Simon lo sabía, por lo que tomó su rostro entre sus manos.

-Ey, está bien. Se lo merecía.-Le dijo, logrando que una pequeña sonrisa saliera de él y juntara sus labios en un beso que demostraba la gratitud de tenerlo cerca.

-Eres lo mejor que me pasó, lo juro.-Susurró Gael, uniendo sus frentes.

11 MINUTES², fear streetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora