El haber compartido aquella parte dolorosa de sus vidas les había creado una nueva clase de conexión, compartían más que gustos.
Comenzarían a trabajar en lo referente al evento de caridad al día siguiente, ahora que Joseph se sentía mejor y había decidido ir a la ferretería junto con Poncho no tuvo objeción en aceptar hacer un picnic con Christopher en el parque Jefferson.
Christopher preparó unos cuantos bocadillos, jugo de frutas y Dul había decidido llevar la tarta de manzana que su madre hacía, al fin había logrado que le saliera exactamente igual que a ella y de verdad quería que él la probara.
Tomaron un lugar cerca del lago, donde también había más personas disfrutando de ese bello pero frío domingo.
—Por lo que veo tenías hambre—rio al ver que Christopher había terminado su bagel.
—Sí—secundó la risa—, pero también es porque muero por probar esa tarta.
La comió con notable gusto y deleite, de verdad era evidente que le había parecido deliciosa, eso la hizo sentirse orgullosa, causar el mismo efecto que su madre cuando la preparaba, era como tenerla ahí con ella y eso ensanchó su corazón.
—Podría comerla toda—dijo el hombre cuando terminó la segunda rebanada—, la mejor tarta de manzana que he comido.
— ¿Enserio?—se mordió el labio inferior.
—Muy enserio—asintió dejando el plato a un lado—. ¿Receta familiar?
—Sí—sonrió—, mi mamá siempre la hacía en esta temporada y aprendí a hacerla tal cual le salía a ella.
—Bueno, pues lo heredaste entonces, de verdad es una delicia.
—Gracias.
—A ti por compartirla conmigo.
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Sus miradas se cruzaron y las sonrisas se curvaron en sus labios.
Se acercó a ella tomando su rostro entre sus manos uniéndose en un delicado y cálido beso, justo como el de la tarde anterior, tal vez ahora sí era el momento de hablar sobre los sentimientos que habían surgido hacia ella. Al menos esa fue su firme idea hasta que el celular de Dul comenzó a sonar, obligándolos a separarse.
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— ¿Hola?—respondió la llamada aclarándose la garganta
—Dul—era Anahí y sonaba afligida—, tienes que venir pronto.
— ¿A dónde?, ¿qué pasa?—ese tono la preocupó.
—Es papá, sufrió un ataque al corazón.
— ¡¿Qué?!—sintió que un desagradable escalofrío recorría su cuerpo, sin poderlo evitar recordó aquel fatídico día en que su madre se marchó, el aire le faltaba y un mareo la desorientó.
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Por supuesto lo notó, sin pensarlo se acercó a ella sosteniéndola, estaba realmente pálida, sin poder hablar y solo distinguía la voz de Anahí llamándola por el auricular, tomó el teléfono, algo muy grave debió haber pasado.
— ¿Hola?—respondió él— Soy Christopher. Anahí, ¿qué pasó? Dul se quedó congelada.
—A papá le dio un ataque al corazón, estamos en el hospital.
—Estamos cerca, llegaremos en pocos minutos.
—Gracias Christopher.
Guardó el celular tomando el rostro de la mujer entre sus manos, estaba completamente sumida en sus pensamientos y sabía en qué pensaba, su madre, tenía miedo de pasar por lo mismo ahora con Joseph. Guardó todo y corrieron hacia el auto llegando al hospital en menos de diez minutos, estaban bastante cerca.
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Directo a Ti Vdy ©
RomanceDicen que el destino siempre encuentra la manera de acomodar las cosas como deben ser y cuando deben ser, aunque a veces los caminos por los que nos lleva resulten ser un tanto escabrosos y difíciles de comprender. Dulce y Christopher tuvieron que a...