Capítulo 10 "Sigue tu corazón"

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No, no, eso no le podía estar pasando y no quería que pasara. Lo separó de ella de inmediato, debía dejar las cosas muy claras con él.

—Michael—se separó del hombre—, no.

—Oh—la vio apenado—, pensé que...

—No—sonrió negando con la cabeza—, escucha, si esto me lo hubieras dicho a los dieciséis te habría correspondido encantada pues también me gustabas, y mucho—soltó una pequeña risa—, pero las cosas han cambiado. Me dio mucho gusto volver a verte y saber que te está yendo muy bien en Indianápolis, pero no me atraes. Te veo como un buen amigo de infancia y ya. Lo siento.

—No, no lo sientas—negó con la cabeza—, soy yo quien debe disculparse, fue un impulso y te juro que no volverá a pasar.

—Me deja tranquila el saber que lo entiendes—colocó su mano sobre su hombro.

Y con eso se fue a dormir, recordando cuando eran adolescentes y lo enamorada que estaba de Michael Carter, pero siempre lo vio como un imposible pues él vivía para molestarla, siendo aquella vez en que la aventó al lago en un campamento que la hizo alejarse, por supuesto se disculpó, pero con ello se olvidó de todo sentimiento que su corazón adolescente llegó a sentir por él. Ahora, su corazón se volvía a mover por alguien de los Carter, la manera en que se había enamorado de Christopher y el querer estar con él a cada momento, esos días evadiéndolo sí que habían sido una clase de tortura para ella, pero se encargaría de ello, al siguiente día los buscaría y aclararía todo con él.

No le resultó tan fácil, no pudo verlo en todo el día, más tarde supo que lo pasó con Evelyn antes de que ella regresara a Chicago. El domingo tampoco lo vio, ni en su casa ni en la cafetería. El vuelo de Evelyn había salido un par de horas antes y Michael estaba en su casa, solo pensó en una opción. ¿Estaría con Emma? Su mente comenzó a imaginar mil cosas, pero el verla caminando por el centro del pueblo con la alcaldesa le quitó completamente esa idea.

No le quedó de otra, buscaría respuesta con Marissa pues las llamadas a su celular tampoco entraban.

—Debe estar en su casa del lago—le dijo Marissa entregándole una taza de té de canela.

— ¿Su casa del lago?—la vio confundida— ¿En el Walton?

—No—negó con la cabeza escribiendo algo en un pedazo de papel—, esa es la dirección, al Sur del pueblo, por el Cedar Creek.

—Vaya, está retirado del pueblo—vio el papel que le extendió.

—Un poco—sonrió—, pero el camino está en muy buenas condiciones.

—Entonces voy para allá, gracias Marissa—sonrió a la mujer que solo asintió con la misma expresión en el rostro.

Manejó hacia allá con el sol ya ocultándose, esperando lograr encontrarlo ahí. Nunca mencionó que tuviera intención de comprar una casa, pero bueno, había varias cosas que no le había dicho.

Por ahora lo que quería era encontrarlo.

Llegó al lugar después de tomar un último camino rodeado de árboles, se veía la luz en el interior de la casa y dos autos estacionados afuera, uno de ellos era el de Christopher, el otro no lo reconoció, pensó en regresar al ver eso, tal vez estaba ocupado, pero al final decidió continuar con su plan.

Caminó hasta la puerta tomándose un par de segundos antes de tocar, comenzando a sentir los nervios cuando escuchó pasos acercándose y al verlo cuando al fin abrió la puerta.

—Dul—la vio sorprendido—, hola.

—Hola Christopher—lo vio nerviosa—. ¿Podemos hablar?

—Emm...sí, pasa—le cedió el paso viendo entonces a la otra persona.

Directo a Ti Vdy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora