Capítulo 6 "Puntos dobles"

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Condujo hacia el centro de la ciudad, llegando a la cafetería pero llevándola a la azotea del edificio, ahí había colocado una mesa para dos personas, con un par de rosas al centro, copas e iluminación cálida con una serie led que atravesaba el lugar.

—Wow—sonrió viendo todo—. ¿Tú hiciste todo esto?

—Increíble pero sí.

— ¿Por qué increíble?

—Por lo regular soy quien está detrás de la elaboración de los platillos, no en los montajes de mesas.

—Pues la verdad es que te quedó precioso. Me gustó.

—Y no sabes lo que me alegra que así sea.

La cena constó de una lasaña de mariscos acompañada de vino blanco y tiramisú como postre.

—Por cierto—dijo la mujer—, gracias por los ravioles de esta tarde, estaban muy, muy buenos, pero tengo que preguntar.

— ¿Qué cosa?—la vio fijamente.

— ¿Quieres mal acostumbrarme?—sonrió.

—No me importaría hacerlo—soltó una risa— ¿Lo estoy logrando?

—Tal vez—secundó la risa—, punto a tu favor.

—Bien por mí entonces. Ahora, quiero mostrarte algo, el significado de una cena a mi manera.

—Cierto—se levantó cuando el hombre le extendió la mano—, mi curiosidad quiere saber cómo es.

La llevó hasta el borde llevando la botella con él y sus copas, desde ahí se veía el pueblo iluminado y al fondo el horizonte bajo la luna y cielo estrellado que la noche les regalaba.

—En la ciudad es difícil ver cielos así—comenzó a decir a lo que ella asintió—, entonces recordé cuando pasaba algunas temporadas aquí y subía a apreciar esto, quise saber si seguían siendo igual, así que vine hace un par de noches y al ver que así era quise que lo vieras, imaginé que tal vez te gustaría. La tranquilidad que se siente estar aquí, el silencio, estar bajo este cielo.

—Más que eso—lo vio con una gran e iluminada sonrisa—, me encanta ver el cielo, la luna que esta noche es preciosa.

—Me hice una idea de ello la noche de la fiesta de Halloween—sonrió—, no dejaste de verlo todo el rato que estuve revisando el auto de Maite.

—Entonces deberías agregar otro punto a tu favor. Atención a los detalles. Gracias por esto, de verdad me encantó todo.

—Dos puntos para mí, bastante bien.

—En realidad son más—se mordió el labio inferior.

— ¿Ah sí?—vio sus labios— ¿Cuáles son los demás?

—Tendrás que irlos descubriendo tú.

— ¿Y si me das una pista?—la vio a los ojos, esos intensos y hechizantes ojos azules.

—Mmm—se acercó a él—, no lo sé, sería ayudarte bastante.

—Entonces no te diré todos los puntos que tienes tú. Y mira que son varios.

—Creo que—sus cuerpos estaban completamente unidos y sus rostros a solo escasos centímetros—, tendré que descubrirlos en el camino.

Solo soltó una pequeña y ronca risa tomándola de la cintura para atender la necesidad que ambos tenían, con un beso ardiente y que descaradamente mostraba el enorme deseo que emanaba de sus cuerpos.

Bajaron a la segunda planta, procurando no separar sus labios, ahí estaba la oficina y un cómodo sillón donde se sentó dejándola a ella a horcajadas sobre él, el beso por supuesto no bajó de intensidad pero sí el número de prendas cubriéndolos. Su camisa había ido a dar a la mesita de centro y la blusa de Dul al suelo.

Directo a Ti Vdy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora