Cap. 20

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—entonces, estalló en carcajadas.

Hasta que Harry se estiró por encima de la mesa y le agarró por la camiseta.

— ¿Y...?

Él le dio un empellón para que le soltara y adoptó una actitud seria.

— Bueno... —continuó mirando a __ y a Yari—. ¿Nos disculpan un momento?

— Soy una sexóloga —le dijo ________—. Nada de lo que digas podrá sorprenderme.

— Y yo no pienso levantarme de esta mesa hasta que escuche los jugosos cotilleos —confesó Yari.

— De acuerdo entonces —convino Cupido, mientras miraba de nuevo a Julian—. Cuando la mujer consagrada a Alejandro te invoque, no podrás meter tu cucharita en su jarrita de mermelada hasta el último día. Será entonces cuando deban unirse carnalmente antes de la medianoche, y te encargarás de no separar sus cuerpos hasta el amanecer. Si sales de ella en cualquier momento, por cualquier motivo, regresarás de inmediato al libro y la maldición seguirá vigente.

Harry maldijo y miró hacia otro lado.

— Exactamente —le contestó su hermano—. Sabes lo fuerte que es la maldición de Príapo. No

hay una puñetera forma de que aguantes treinta días sin tirarte a tu invocadora.

— Ése no es el problema —dijo Harry entre dientes—. El problema radica en encontrar a una

mujer consagrada a Alejandro que me invoque.

Con el corazón latiendo desenfrenado a causa de los nervios, ___ se incorporó en el asiento.

— ¿Qué significa lo de «una mujer consagrada a Alejandro»?

Cupido encogió los hombros.

— Que tiene que llevar el nombre de Alejandro.

— ¿Como apellido? —preguntó ella.

— Sí.

___ alzó los ojos y buscó la mirada apesadumbrada de Harry.

— Harry, mi nombre completo es ___ Alexander.

Harry miró fijamente a ___; su mente no paraba de darle vueltas a lo que acababa de decir.

¿Sería cierto? ¿Podría atreverse a creerlo? ¿A tener esperanza después de tanto tiempo...?

— ¿Tu apellido es Alexander? —repitió, incrédulo.

— Sí —le respondió ella, con una sonrisa alentadora en el rostro.

Cupido observó a su hermano con una mirada severa.

— ¿Ya han intimado ustedes dos?

— No —contestó Harry—. Aún no —y pensar que había estado enfadado por eso...

___ había evitado que cometiera el tercer error más grande de su vida. En ese momento la besaría. Una sonrisa iluminó el rostro de Cupido.

— Bueno, maldita sea mi suerte... En fin, mejor no nombrar la cuerda en casa del ahorcado... Nunca he conocido a una mujer que pudiese estar cerca de ti más de diez minutos sin arrojarse a...

— Cupido —le cortó Harry, antes de que soltara un largo discurso acerca del número de mujeres con las que se había acostado—. ¿Tienes algo más que decir que nos sea útil?

— Una cosa más. La fórmula de mami sólo tendrá éxito si Príapo no lo descubre. Si lo hace, podría evitar que te liberaras con su característica mala sombra.

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⏰ Última actualización: May 15, 2015 ⏰

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