Cap.3

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Acababa de recogerse el pelo en una coleta cuando sonó el timbre.
Bajó de nuevo las escaleras para dejar pasar a Yare.
Tan pronto como abrió la puerta, su amiga le soltó enojada:
— No irás a ponerte eso esta noche, ¿verdad?
___ echó un vistazo a los vaqueros llenos de agujeros y después se fijó en su enorme camiseta de
manga corta.
— ¿Desde cuándo te preocupa mi aspecto? —Y entonces lo vio; en la enorme cesta de mimbre que
Yarelys utilizaba para llevar las compras—. ¡Uf! No. Ese libro otra vez, no.
Con una expresión ligeramente irritada, Yare le contestó:
— ¿Sabes cuál es tu problema, ___?
___ miró al techo, rogando a los cielos un poco de ayuda. Desafortunadamente, no la escucharon.
— ¿Cuál? ¿Que no me trastorna la luz de la luna y que no arrojo mi gordo y pecoso cuerpo sobre
cualquier hombre que conozco?
— Que no tienes ni idea de lo encantadora que eres en realidad.
Mientras ___ se quedaba allí plantada, muda de asombro ante el poco frecuente comentario, Yare
llevó el libro a la salita de estar y lo colocó sobre la mesita de café. Sacó el vino de la
cesta y se dirigió a la cocina.

___ no se molestó en seguirla. Había encargado una pizza antes de salir del trabajo, y sabía que
Yare estaría buscando unas copas.
Empujada por un resorte invisible, ___ se acercó a la mesita donde estaba el libro.
Espontáneamente, extendió la mano y tocó la suave cubierta de cuero. Podría jurar que había
sentido una caricia en la mejilla.
Qué ridiculez.
*No crees en esta basura.*
_______ pasó la mano por el cuero y notó que no había título, ni ninguna otra inscripción. Abrió la tapa.
Era el libro más extraño que había visto en su vida. Las páginas parecían haber formado parte, originariamente, de un rollo de pergamino, que más tarde había sido transformado en un libro


El amarillento papel se arrugó bajos sus dedos al pasar la primera página; en ella había un elaborado símbolo hecho a mano, formado por la intersección de tres triángulos y la atrayente imagen de tres mujeres unidas por varias espadas.
________ frunció el ceño esforzándose por recordar si aquello podía ser una especie de antiguo símbolo griego.


Aún más intrigada que antes, pasó unas cuantas páginas y descubrió que estaba completamente en blanco, excepto aquellas tres hojas…


*Qué extraño…*
Debía de haber sido algún tipo de cuaderno de bocetos de un pintor, o de un escultor, decidió. Eso sería lo único que explicase que las páginas estuviesen en blanco. Algo tuvo que suceder antes de que el artista tuviera oportunidad de añadir algo más al libro.


Pero eso no acababa de explicar por qué las páginas parecían mucho más antiguas que la encuadernación…
Retrocedió hasta llegar al dibujo del hombre, y observó con atención la inscripción que había sobre él, pero no pudo sacar nada en claro. Al contrario que Yare, ella evitó las clases de lenguas antiguas en la facultad como si fueran veneno; y si no hubiese sido por su amiga, jamás habría superado aquella parte fundamental en su currículum.


- Definitivamente, creo que es griego - dijo sin aliento cuando volvió a mirar al hombre.


Era sorprendente. Absolutamente perfecto e incitante.
Increíblemente fascinante.


Cautivada por completo, se preguntó cuánto tiempo se tardaría en hacer un dibujo tan perfecto. Alguien debía haber pasado años dedicado a la tarea; porque aquel tipo parecía estar preparado para saltar del libro y meterse en su casa.


Yare se detuvo en la entrada y observó cómo ___ miraba fijamente a Harry. Nunca la había visto tan extasiada desde que la conocía.

Bien.


Quizás Harry pudiese ayudarla.


Cuatro años eran demasiado tiempo.
Pero Robert había sido un cerdo narcisista y desconsiderado. Se había comportado de un modo tan cruel con ___ y con sus sentimientos, que incluso la había hecho llorar la noche que perdió la virginidad.

Un Dios Griego (HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora