Bala traicionera

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Sin duda su punto fuerte era la información y aunque tampoco se le daba mal la robótica, jamás había  reconstruido y arreglado un robot de metro setenta y cinco, Killjoy debería echarle un vistazo una vez llegado a la base. El centinela ya había puesto en su sitio las piernas de su compañero en un tiempo récord para la situación, treinta minutos aproximadamente. Ciertamente el tiempo no era un factor que estuviese de su lado en ninguno de los momentos, ni en ese ni en los anteriores. El controlador hacia guardia, con un estado de alerta completamente profesional, estaba atento a cualquier ínfimo sonido que pudiese significar peligro y poder actuar en consecuencia. Por su lado, Skye, y aunque no supiese mucho del tema, ayudaba a Cypher en todo lo que este le pidiese. Cuanto mas tiempo acortaran, mas tiempo tendrían antes de que el "rescate" alertara a toda la base de su presencia.

"Necesito mi ordenador" demandó el vigía por lo bajo. Con pies agiles la invocadora fue a cumplir su mandato, inútilmente al parecer.

"Aquí tienes" Omen se le había adelantado, como si de un fantasma se tratase, apareció detrás del centinela con el ordenador en mano, se lo entregó y volvió a su posición anterior.

"Te lo agradezco" rio Cypher, era encantadora la servitud de su compañero. Con el aparato ya en su poder, conectó una serie de cables que iban de su portátil a Kay/O, iba a "despertarlo". Tecleó una serie de números y palabras las cuales de todos los presentes en la habitación solo uno las entendía.

"¿Que nos queda?" preguntó impaciente Omen. Este empezó a escuchar pasos, no cerca por fortuna para ellos, pero aquellos pasos eran rápidos, constantes, alertados y eso le molestaba, no era buena señal en absoluto.

"Paciencia amigo mío... Esto ya está" contestó el vigía. No podía negar que estaba estresado, toda esta situación le ponía de los nervios, estaba acostumbrado a trabajar con presión, pero no acompañado, se desenvolvía mejor solo todo hay que decirlo. No es que no valorase la compañía, todo lo contrario, a veces la prefería antes que tener que hablarle a una de sus cámaras.

"Sistemas centrales restaurados, de vuelta en linea" la característica voz robótica de Kay/O hizo eco por todo el lugar, haciendo salir mas de un suspiro en los miembros de la habitación. Todo estaba saliendo bien, de momento claro.

"Cypher, sigues mirando mi hardware. No lo hagas" habló al fin el iniciador. Kay/O se levantaba lentamente de donde había estado reposado por lo que quizás fueron días y observó a sus compañeros.

"También me alegro de verte" contestó el centinela mientras se levantaba y guardaba todo su material. Skye no pudo evitar darle un fuerte abrazo a la maquina, casi levantándolo en el acto del suelo. Ahora que el agente estaba operativo estaban un paso mas cerca de su objetivo, solo faltaban Reyna y Chamber, una en el nivel inferior y el otro en paraderos desconocido todavía.

"¿Y Chamber?" preguntó exasperado Omen, continuaba atento a los pasos, a los sonidos, lejos de ser normales empezaban a ser mas sonoros como si todos los de las instalaciones estuvieran despiertos, como si ya nadie durmiese.

Kay/O rebobinó durante unos segundos, hizo memoria, pensando que fue lo ultimo que supo del francés. "Nos separamos, el hielo nos pilló desprevenidos.. Perdí de vista a todos, caí de rodillas y lo ultimo que vi fue al radiante enemigo. Nada de Chamber" explicó pensativo, por mucho que intentase recordar un ápice del armero no recordó nada, si huyó o fue capturado, era algo desconocido. 

Repentinamente, como si de un augurio de guerra se tratase, los oídos de los agentes fueron envueltos con una estruendosa alarma seguramente para alertar de su presencia en las instalaciones, tenia que ser por ellos dado que el equipo de rescate todavía estaba a algo mas de una hora del lugar. Ahora Omen entendía esos sonidos, lo mas probable es que encontraran los cuerpos de los dos guardias que tuvieron que neutralizar, era algo con lo que contaban, pero no tan pronto, solo un poco mas de tiempo y podrían haber llegado hasta Reyna sin muchas complicaciones. Tenían que correr y llegar cuanto antes, siendo cinco tenían mas oportunidades que siendo cuatro y con Reyna en el equipo, supondría una ventaja absoluta contra los mercenarios. 

Una taza de té muy caraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora