Avance

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No se si este capitulo puede considerarse +18, es la primera vez que escribo algo así, pero yo aviso por si acaso :)

+18 ALERT!

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Despertar con el recuerdo de todo lo que pasó el día anterior hizo salir de los labios del vigía un pesado suspiro, no solo estaba cansado sino que a demás le dolía todo el cuerpo debido a las sacudidas en el mar y las compresiones que le salvaron la vida. Miró a su salvador. Apoyado en la pared, sentado en el suelo y despierto. "Perdona por hacerte dormir ahí toda la noche" dijo con tono de disculpa, habían pactado turnarse al fin y al cabo.

"Esta bien. Necesitabas mas el descanso..." contestó calmado. No había dormido en toda la noche a decir verdad, pero tampoco lo necesitaba, prefirió comprobar que todo fuese bien. El controlador se levantó de su ahora acomodado sitió, después de todo había pasado mas de nueve horas allí, de la madrugada hasta casi medio día. Se acercó de forma prudencial a su compañero, observándolo con cuidado. "¿Te encuentras mejor?".

"Perfectamente" mintió. No podia estar bien después de haber dejado de respirar y casi morir, pero dentro de todo lo malo que podia encontrarse, estaba bastante bien a decir verdad. El centinela hizo el amago de levantarse para volver a quedarse en su sitio, sentado de nuevo en la cama.

"¿Que necesitas? Lo conseguiré por ti" interrumpió rápidamente Omen. Ver como el otro se movía le apretaba el pecho. Pensó que tal vez había usado demasiada presión, esperaba no haberle fracturado alguna costilla. Aunque fuese algo común provocar ese tipo de daño durante una RCP, esperaba realmente no haberlo hecho, no estaban ni Sage ni Skye para aliviarle ese dolor.

"Me gustaría ver la información que conseguimos ayer" señaló sus ropas aun tiradas por el suelo, en alguno de sus bolsillos estaba el aparato que usaron ayer para robar la información que había en el ordenador que custodiaban los mercenarios de Frost. Omen rápidamente asintió y rebuscó en los bolsillos hasta encontrarlo, agarró el ordenador portátil y acercó ambas cosas al hombre aun en cama. "Te lo agradezco" con una sonrisa de agradecimiento encendió su ordenador. Entrecerró sus ojos y chasqueó su lengua. "¿Puedes pasarme mis gafas? Están en mi mochila" elevó de nuevo la mirada para contactarla con la de su compañero. El espectro asintió de nuevo y apartó la mirada rápidamente yendo a buscar las gafas del otro. Las entregó y volvió a separarse. El centinela elevó una ceja inquisitiva hacia el comportamiento del otro. "No muerdo... Puedes acercarte Omen" se puso las gafas y comenzó a trabajar.

La sombra, aun intimidada por su rostro, se sentó a su lado. Por su mente pasaban muchos tipos de pensamientos que jamás había tenido antes y mucho menos se esperaba llegar a tener, iban y venían algunos como "¿Se volverá a vestir?, ¿Por qué no muestra tal rostro nunca?, ¿Estará igual de alterado que yo?"

"Noto tu nerviosismo desde aquí Habibi... Me pone nervioso" dijo el vigía mientras lo miraba de reojo, volviendo a mirar su pantalla. "Si soy yo, puedo volverme a vestir, no hay ningún problema".

"¡No!" Exclamó el otro lo mas rápido posible. "Eres realmente hermoso, no te cubras, no me molesta en absoluto" intentó explicarse. No lo incomodaba, le intimidaba su belleza, no estaba acostumbrado a verlo, era algo normal para el, sobre todo cuando se trataba de la persona que le gusta. "Noto como hay veces que no puedo controlarme a tu lado..."dijo finalmente. Queria abrirse, decirle lo que pensaba, apenas habían aceptado que se gustaban mutuamente, pero no habían vuelto a hablar del tema.

Cypher para ese punto estaba realmente avergonzado por sus palabras, ruborizado en cuanto menos, solo que esta vez, era visible para alguien mas, ya no lo escondía su querida mascara. Lo habían llamado guapo, atractivo, pero Omen era el único que alguna vez lo había llamado hermoso. El centinela sabia de la tensión que los había envuelto recientemente, ese calor diferente al del principio, uno mas descontrolado por decirlo de algún modo. Elevó la mirada, fijar el contacto visual. "¿Y si no quiero que te controles?" dijo lo suficientemente alto como para ser escuchado, pero lo suficientemente bajo como para perderse con el sonido brusco de los autos del exterior. Lo importante fue que el destinatario de esas palabras recibió el mensaje alto y claro.

Una taza de té muy caraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora