Capítulo 1: Promiscuo

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Sí tuviera que describir a mi jefe en una palabra, seria: promiscuo.

_ ¡OH SANTISIMO DIOS! ¡QUÉ RICO!. _ gritó la voz de la mujer que, hace solo unos minutos había venido exigiendo ver a mi jefe, con una actitud petulante y engreída, mirándome por encima de su hombro.

Había exigido ver a Jungkook de inmediato, sin siquiera dar los buenos días o presentarse. Era una de sus mujeres, pude adivinarlo por su aire de grandeza y su increíble belleza. Era alta, muy delgada, esbelta, rubia y con un rostro que tuvo que haber sido hecho por los ángeles. Pero, así como eran de hermosas, también eran molestas, engreídas y petulantes, creyendo que todo el mundo estaría a sus pies solo por ser hermosas. Le dije educadamente que no estaba, pero como siempre, ellas no se iban sólo con un no por respuesta. Por lo que antes de que yo pudiera decir o hacer algo, ella fue directamente a su puerta y entró como alma que lleva el diablo a su oficina. Ni siquiera me molesté en intentar detenerla, no iba a lograrlo, además, estaba en mi almuerzo, no iba a correr detrás de una de las amantes de mi jefe sólo porque ella queria follar.

Hubo un silencio por un par de minutos, y luego, ella comenzó a gritar como una loca.

_ Eres un Dios Jungkook!. _ gritó de nuevo, y fue suficiente para mi.

Tiré la mitad de mi pan con jamón y queso de vuelta al escritorio y gruñi en por mi reciente falta de apetito. Se suponía que yo no tenía que escuchar cuando mi jefe estuviera follando con una chica, pero ellas eran tan jodidamente escandalosas, que era un milagro que toda la empresa no las escuchara.

Pero en vista de que mi escritorio estaba justo fuera de la oficina de mi jefe, yo era la " afortunada" de escucharlos follar. Tenía que admitir que una parte de mi sentía un poco de envidia, no me gustaba escuchar a chicas chillar de placer cuando yo llevaba más de un año sin nada se sexo. Y ni siquiera cuando había estado con otros chicos, me había escuchado tan complacida y excitada como ellas, mis encuentros fueron más bien normalitos, tirando a aburridos.

La rubia lanzó un grito de placer, lo que me indicaba que había llegado. Vaya, esto era como escuchar porno en vivo. El Silencio reinó en el lugar, por lo que tomé de nuevo mi pan y le di otro mordisco, aliviada de que todo hubiese acabado.

_ ¡Eres un maldito imbécil Jungkook!. _ gritó de nuevo la mujer, esta vez, con rabia.

Gemí y tiré de nuevo el pan. ¿Podría comer en paz alguna vez en esta empresa?

_ No puedo creer que me estés haciendo esto ¿me corres de tu oficina después de follar? ¿qué clase de imbecil sin sentimientos eres?.

Ya que era la única gritando, no podía escuchar las respuestas de él.

_ No me voy a ir hasta que no hablemos de lo nuestro.

Tomé mi refresco y le di un trago, disfrutando del espectáculo. No me sentia mal por burlarme de ellas, porque ¿quién en su sano juicio pensaría que Jeon Jungkook tomaría a alguien en serio? Ellas estaban muy ciegas, creyendo que él las haría su novia, les presentaria a sus padres y saldría en las fotos con ella de la mano. No, el señor Jeon no era ese tipo de hombre. Él las follaba, escandalosamente, a veces las llevaba a cenar y luego a un hotel y por último, las desechaba como un envase de Starbucks después de beber el café.

_ ¡Te juro que te vas arrepentir hijo de perra!. _ gritó de nuevo.

La puerta de la oficina de mi jefe se abrió, y una muy agitada, enardecida rubia salió a trompicones. Su vestido rojo, antes muy bien planchado, ahora estaba arrugado y una de las tiras rotas. Su cabello perfectamente peinado ahora estaba revuelo y su labial rojo era sólo una marca rosa esparcida por sus labios.

DEAR BOSS ~ [JJK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora