Capítulo 5: El Vestido De La Venganza

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Mi boca se abrió en asombro, Jungkook era fuerte, iba al gimnasio mínimo cuatro veces por semana, y le gustaba ir a correr todas las mañanas antes de ir al trabajo, pero no sabia que su alcance llegara a tanto. ¡Habia noqueado a un tipo enorme!

Una vez el tipo estaba tirado en el suelo, sus dos amigos fueron hacia él para ayudarlo. La gente comenzó a disiparse una vez que el show terminó, por lo que aproveché para acercarme a mi jefe, quien tenia un corte en su labio inferior que sangraba. También le habían dado un buen golpe allí.

_Hijo de perra _ murmuró para sí mismo, aun enojado.

_ ¿Acaso está loco?. _ pregunté, aprovechando que estaba borracho. Sobrio nunca le hubiese podido decir aquello, no si no quería una carta de despido en mi escritorio. _ Vamos, tenemos que llevarlo a casa. _ dije, notando que seguía demasiado borracho para mantener en pie, un poco más e iba a darse de bruces.

_ ¿A casa? No Hanna, tenemos que ir adentro hay que seguir bebiendo. _ exclamó, ni un poco afectado.

_ ¿Está bromeando? ¡Su labio inferior está sangrando!

Pareció darse cuenta justo en ese momento, porque frunció el ceño y llevó su mano hacia el labio. Hizo una mueca de dolor al tocar la herida, que aun sangraba. Si, había noqueado al tipo, pero igual había recibido un muy buen golpe en la cara. Sin embargo, Jeon Jungkook podía traer al mejor cirujano plástico del mundo si quería, el tipo del suelo no.

_ Hijo de perra. _ murmuró, aun molesto.

Puse los ojos en blanco y lo acompañé hacia su coche, estaba en el aparcamiento y lo reconocí de inmediato. Porque de entre todos, era el único lujoso, los demás eran pura chatarra vieja.

Después de todo, no había venido al mejor lugar a beber, se metió en un bar de mala muerte. Cuando llegamos allí, le abrí la puerta del copiloto, porque no iba a dejar que condujera en ese estado.

Se sentó allí y recostó la cabeza contra el asiento, lucia borracho y un poco gracioso, pero seguía viéndose sexy. Tiré su chaqueta al asiento de atrás y me coloqué detrás del volante. Nunca había ido a su casa, pero me sabia la dirección de memoria. Jungkook no dijo nada mientras iba avanzando, quería salir rápido antes de que alguien hubiese llamado a la policía, porque sinceramente no tenía ganas de ir a la comisaria por mi idiota jefe.

¿Por qué se emborrachó de esa manera? No podía entenderlo, Jungkook no era un hombre vulgar, en el poco tiempo que llevaba trabajando para él nunca lo había visto pasado de copas, siempre bebia con prudencia y sólo vino o champaña, cuando había alguna celebración. Parecía estar cargando con algo lo suficientemente fuerte como para que quisiera ir a un bar de mala muerte a beber y a buscar pelea, porque definitivamente no era como él.

Cuando llegamos a su casa, minutos después, me costó un mundo sacarlo del auto. El apartamento estaba oscuro y solitario. El lugar era amplio, fue lo primero que me di cuenta. La cocina estaba integrada junto con la enorme sala de estar, aunque no era por falta de espacio. Los sofás, el televisor enorme, las lámparas gigantes, todo gritaba nuevo. O bien el apartamento estaba recién equipado, o mi jefe no pasaba nada de tiempo en su propia casa.

Me llevó dentro de la casa, era la primera vez que entraba, por lo que tuve que abstenerme de abrir la boca como una tonta ante tanto lujo. Era increíble como las personas como Jeon Jungkook se acostumbraban a vivir bajo la obtención y el dinero. Yo nunca podría vivir en un lugar así y no sentirme extraña, no formaba parte de mí. Me había criado en una casa sencilla de tres habitaciones, lo justo para mi hermano, mis padres y para mí. Por supuesto, mi jefe se había criado en los lujos, había nacido en cuna de oro, por lo que no era sorprendente que caminara por su casa con indiferencia.

DEAR BOSS ~ [JJK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora