DEAR BOSS ~ [JJK]

Capítulo 6: Un Jefe Muy Considerado

Al día siguiente, me sobresalté al escuchar mi celular sonando. Al principio lo tomé y apreté cualquier tecla el táctil, creyendo que se trataba de la alarma. Pero segundos después, volvió a sonar y al abrir los ojos, me di cuenta de que todavía estaba oscuro. Ni siquiera había amanecido. Miré la pantalla y suspiré en molestia, se trataba del mismísimo Jeon, llamándome a las cuatro de la mañana.

Me sentí tentada a ignorar la llamada, apagar el teléfono y olvidarme del mundo por dos horas más. Pero si no le respondía a tiempo, él iba hacer un drama y entonces tendría que aguantarmelo de mal humor. Porque sí, podía ponerse peor cuando estaba de mal humor. Lo de ayer fue su lado más amable, cuando alguien lo jodia, entonces se convertía en el mismísimo demonio.

_ Hola?. _ pregunté, aún adormilada, su voz en cambio, sonaba completamente despierta y activa. ¿Ese hombre acaso dormía?.

_ Señorita Kim, necesito que vaya al trabajo más temprano hoy. _ ordenó, sin siquiera dar los buenos días. _ Voy a irme a Francia a encontrarme con el señor Edwars, trataré de convencerlo de nuevo por el proyecto.

Dios estaba escuchando mis plegarias después de todo.

_ Gracias al cielo. _ dije, demasiado rápido para analizar lo que salió de mi boca.

_ ¿Qué ha dicho?. _ preguntó, en un tono frio.

Mierda, lo dije en voz alta.

_ Que espero tenga un buen viaje. _ argumenté, con una sonrisa falsa, aun sabiendo que no estaba mirándome. _ Me encargaré de todo aquí.

Con eso, me colgó. Hubiese estado de muy mal humor si no fuera porque la noticia de que iba a irse de viaje me alegrapa tanto. Dios iba a descansar de ese hombre durante unos días al menos, estaría tranquita, trabajando a mi ritmo y sin nadie que moestuviera pidiendo cafés, agua, o alguna mierda para dentro de una hora que probablemente se hacía en cinco. Serian buenos días, para todos en la oficina, no solo para mí.

Me levanté de buen humor, por primera vez, me alegraba llegar temprano. Me di una ducha rápida y me vestí de nuevo con mis ropas aburridas, como mi idiota jefe prefería llamarlas. Sus palabras de ayer me vinieron a la mente de nuevo, y un pequeño susto en mi corazón.

Contantemente debía recordarme que tenía novio, que lo quería y que al que tenía que desear era a él, pero no podía engarme a mí misma, últimamente parecía gustarle más su trabajo que yo, inclusive mi jefe, que era adicto al trabajo, encontraba algún momento para follar.

Suspirando, salí hacia la cocina para preparar el desayuno, por primera vez, antes de mi cuñada se despertara. Entonces, me detuve en seco al ver a Jimin saliendo de su habitación, caminando de puntillas. Me eché hacia atrás para que no me viera y lo vi moverse silenciosamente por la casa, hasta que llegó a la entrada, donde abrió la puerta y salió, como si nada. ¿Qué hacía Jimin a estas horas en casa? Anoche se había quedado a cenar, pero yo misma lo había visto salir.

La puerta se abrió de nuevo y esta vez, mi cuñada salió, arreglándose la ropa.
Apenas me vio, allí de pie, sus ojos se abrieron. Eso era, ella estaba costándose con Jimin, no había otra razón para que él estuviera saliendo de su habitación en la madrugada, y ella luciera tan recién follada. La impresión me dejó muda, mientras la miraba.

_ Hanna. _ susurró, mirándome con un expresión de terror. _ ¿Lo viste?

Asentí

_ Sí, acaba de salir.

_ Yo lo siento.

Frunci el ceño, yo no era nadie para juzgarla y no iba hacerlo.

_ ¿Por qué pides disculpas?