Capítulo 11: Aniversario Y Algo Más I

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Al día siguiente, mi jefe ya estaba de nuevo en la oficina, pegando gritos y fastidiando como siempre. Nunca me agradeció por haberme quedado a cuidarlo, pero la verdad yo no estaba esperando que lo hiciera, sería una pérdida de tiempo. En cambio, apenas llegué, me dio al menos diez tareas para que me pusiera al día, murmurando que el día de ayer había estado perdiendo tiempo. Irritada, hice lo que me pidió durante toda la mañana, hasta que, al mediodía, Sully fue a buscarme para ir a almorzar juntas, se estaba haciendo una costumbre en nosotras y me agradaba.

_ ¿Qué te vas a poner para hoy?. _ preguntó sentándose sobre mi escritorio.

Sully se refería a la fiesta de aniversario que se hacia todos los años en la empresa, desde hace diez años, cuando mi jefe compró la empresa, que en ese momento estaba en bancarrota, y la devolvió a la vida. La fiesta era hoy y todos los empleados estábamos invitados, así como la prensa.

_ No sé si voy a ir. _ respondi

_ ¡Pero qué dices!. _ exclamó, ofendida. _ Eres con la que mejor me llevo, si no vienes, me voy aburrir.

_ Y si vengo también, soy muy aburrida a menos que me emborrache. _ bromee.

Ella rió, y sus oscuros rizos se movieron.

_ En eso somo iguales.

Abrí la boca para responder, cuando la puerta de mi jefe se abrió. Sully saltó a tiempo, justo antes de que el señor Jeon saliera. No le gustaba que los empleados se sentaran en los escritorios, ni en otra parte que no fuera una silla, decía que era de mala educación. Ambas nos quedamos en silencio, observándolo con igual añoranza. Toda mujer heterosexual que veía a mi jefe no podía evitar quedar un poco embobada, era tan serio, tan sexy y elegante. Inclusive ahora, mientras leía algo en su carpeta y fruncia el ceño, parecía un modelo de Dolce & Gabana. Iba a decirme algo hasta que se dio cuenta de que la recepcionista estaba en mi escritorio. Sully dejó de mirarlo inmediatamente y miro sus manos, nerviosa y avergonzada, a pesar de que no estaba haciendo nada realmente malo. Mi jefe tenía ese poder, te miraba y te hacia dudar de ti misma, era un cabron sin corazón. ¡Pero Dios, tan sexy!

_ Señorita Sully, quisiera saber quien está en recepción si usted está aquí echando chismes con mi asistente.

Sully se sonrojó, sus mejillas se tornaron rojas.

_ Vino a traerme unos documentos que acaban de llegar con urgencia señor Jeon. _ dije, salvándola. Ella me dio una mirada de agradecimiento.

_ Ah sí, ¿Cuáles?. _ preguntó, alzando una ceja. No me creía, sabía bien que estaba salvando a la recepcionista, pero no pude evitar darle una sonrisa condescendiente. Saqué los sobres que había recogido en la mañana y que nunca había tenido tiempo de entregarle y se los di, mientras Sully desaparecía del lugar asustada de que mi jefe la interrogara.

Le tenía pánico, y si no hubiese estado compartiendo tanto tiempo con él, yo ubiese reaccionado igual. Pero lo había llegado a conocer cada vez más y me daba cuenta de que lo que más le gustaba era intimidar. Por supuesto, si rompías alguna de sus reglas podías tener por seguro que estabas despedido, pero no le iba a pasar nada a Sully por venir a verme dos minutos.

_ No me parece que sean urgentes. _ respondió, después de leer el sobre. _ Quiero decir, si a usted le parece una urgencia que tenga en mis manos el nuevo ejemplar de Vouge, me hace pensar en cuáles son sus prioridades.

Mi sonrisa desapareció, y quise romperle la cara allí mismo. ¿Por qué era tan grosero? Aun después de haberle dado de comer ayer cuando estaba enfermo, seguía siendo un imbécil. Tal vez no podía evitarlo, o le gustaba verme enojada.

_ Mis prioridades están bien establecidas. _ admiti. _ ¿Necesita algo?

_ Si, supongo que estás esperando que se hagan las tres para salir corriendo como todos los demás. _ aseguró.

DEAR BOSS ~ [JJK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora