❀﹒ᶻᶻ﹒ one - shots & headcanons. ⪩⪨﹐𝘼𝘽𝙏 : Tokyo Revengers.
⊢ ❁ （✿ ◞◟）Todos los personajes en la historia pertenecen a
Ken Wakui. ꜝ⊞ 🏴
: Historias con oc's, incluye +18. ⭒ ⏆ ﹒
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TW : Leve obsesión, diferencias de edad.
Un calor se sentia en su interior cada vez que observaba ese cabello de color plateado. Un color tan caracteristico como si de una perla se tratara, una que desprendia elegancia y frescura con cada movimiento que el viento le regalaba. Wakasa poseia de esos ojos que poco se ven al rededor del mundo, del color de las uvas, tan embriagadores como si de vino se hablara.
Su unica presencia era penetrante, causaba sismos dentro de Masumi, sismos que acarriaban leves miradas que dejaban en claro su atracción. Lo unico en lo que podia pensar al llegar la noche era en sus manos recorriendo su cuerpo con sutileza, tomandose su tiempo para sentir sus sentimientos a través de ella, queria sentir esa vaga sonrisa chocando con su piel, mordiendo, dejandole morada como si su tez necesitara que Imaushi le otorgara color.
La noche le hacia volver a enloquecer. El deseo de sentir su voz en su oido se descontrolaba e imaginaba cada movimiento que haria si se lo cruzaba. Se conocian por mera curiosidad, en realidad, él era amigo del hermano de su mejor amiga, todo un ciclo. Tenia que reconocer que desde le conocio lo único que queria era dormir con él, mantenerle despierto. Queria despeinarle y que el le devolviera el favor, que recogiera su cuerpo como si de una manta de seda se tratara y se olvidaran del tiempo.
Aunque, sus esperanzas y deseos más intimos se apagaban al pensar en la diferencia de edad de 4 años, en si, no era gigante, pero el pensar que era imposible que el llegara a gustar de una niña inmadura como lo era ella calmaba estos sentimientos y los llevaba al otro extremo, la inseguridad en cuestion acarriaba las ganas de entregar su mayor esfuerzo a lo que era capaz de hacer e intentar parecer lo más bonita frente a el, queria hacerle ver que ella era capaz de lucir como una princesa, de hacer brotara algo dentro suyo que fuera capaz de dar.
Un fin de semana de septiembre se encontraba en el hogar de los Sano, habia acordado dormir allá, pues Emma le habia invitado a hacer una pijamada. Sin embargo ninguna de las dos sabia que su hermano mayor habia hecho planes parecidos e invitó a su amigo más cercano, Wakasa Imaushi. Sus noches especiales chocaron y ahora discutían.
- ¡Pues avisa cuando traigas amiguitos! - Emma le apuntaba directo a la cabeza a Shinichiro. El observaba con molestia. - Pues no tenia idea de que venia Haru, tontita. - Sacudio la cabeza de lado a lado. - No importa, no hechare a patadas a Waka, ni tu a Haru. - Cruzo los brazos en lo que observaba a sus invitados.
Al otro lado de la escena estaban Imaushi y Masumi, contemplando el cuadro dramático que protagonizaban los hermanos. A ellos en realidad no les importaba en absoluto, eran capaces de compartir entre ellos y les parecia bien convivir juntos. Se observaban y sonreian de repente, era algo comodo, a ambos les gustaba sentir que le agradaban al otro, y en cuanto los Sano se volvieron a amigar, los cuatro se juntaron con la idea de ver algo.
- Haru, Waka, acomodense. Busquen alguna pelicula en lo que yo y Shini preparamos algo para comer. - Emma señalo el sofa del lugar sonriente, y procedio a dirigirse a la cocina junto a su hermano mayor. Ellos asintieron y se acomodaron, se sentaron considerablemente cerca y Haru espero alguna accion de su parte. A pesar de su espera, no consiguio nada.
- ¿Que peliculas te gustan, Imaushi? - Ella interrogo y tomo en control del televisor, tenia su mirada en él, y su corazón se aceleró en cuanto el le devolvio la mirada, abriendo la boca con suavidad dejando ver esa sonrisa tan ardiente. - Pon lo que desees, a mi personalmente me gustan las de drama. - Esa tipica mirada despreocupada, y esa forma de hablar le volvian loca, al sentir la vibracion de su voz era como si miles de destellos fugaces lucharan por escapar de su cuerpo y hacerle sentir nuevas sensaciones, ella mordia su labio como su estuviera soportando la carga de no poder decir todo lo que tenia en mente.
Deseaba que esta fuera su chance, y sin no lo era, la transformaria en ella. Se volvio a acercar a él, chocando sus hombros con la intención de mover algo dentro de el. - ¿Tanto quieres acercarte a mi? - Pudo sentir el calor subir a su cabeza y agitar su respiracion, sonreia y le regalaba una expresion coqueta, movio su cabello hacia un lado con suavidad, dejando un hombro al descubierto como invitación al aire, e hizo un pequeño movimiento para sentir que se estaban conectando. - Uhm, quizás. - Seguia con esa sonrisa provocativa en su rostro, le observaba con esos ojos inmensos que controlaba en cada ocasión que lo ameritara.
Wakasa parecio comprender, y en un intento por dejarle en claro que comprendia por completo sus intenciones le sonrió y palmeo su cabeza, sintiendo esos cabellos de extrema suavidad de matices castañas, cada cabello acariciando su palma se sentia como una provocación y le causaron un retorcijón en su estomago, que más que ser molesto como acostumbran, era incluso extasíante. Ella se sentia igual, solo que sus piernas ahora sentian cosquilleos como consecuencia de las ganas pausadas de moverse habilmente por encima de su cuerpo, meciendo y juntando, acariciando y sin intención alguna de contenerse.
Sentia como su corazón latía tal y como cuando estas en una montaña rusa, girando por ella y levantando los brazos para disfrutar más de esa adrenalina tan agobiadora que es exitante. Pronto, volvió a remojar sus labios cuando el chico a su lado abrio la boca para comentar. - ¿Te gusto, Haru? - Sin expresión alguna aparte de la neutralidad, interrogó a la chica. No era como si tuviera que hacer una exaustiva investigación para comprender lo que sucedia en la cabeza de ella cuando estaba cerca, cada una de sus acciones, desde como le dirigia la palabra, hasta como bailaban sus pestañas al observarle, le dejaban claro que Masumi sentia algo por el.
- ¿Si te dijera que si, que responderias? - Dirigio su mirada a el y le obligo a hacer lo mismo por ella, ambos observaban sus pupilas dilatarse y sentian como sus respiraciones se agitaban al mismo tiempo, como si de una canción barroca se tratara, todo el escenario se llenaba de emociones a pesar de que no se notara en el mundo fisico, solo ellos lo sentian, en su propia burbuja de revelaciones. - Que a pesar de que me pareces una chica muy linda, eres muy pequeña. - Sus labios se movian para responderle, tan tranquilamente que era escalofriante, pero a Haru le encantaba.
- Eso lo sé, aunque personalmente creo que cuatro años no son demasiado... - Ella ahora se acercaba más a su rostro, queria que los pocos centimetros que les separaran fueran los causantes de nuevos latidos. - Tienes razón, ¿Estaria mal besarte, en ese caso? - Su voz era como una bendición regalada por la misma Afrodita, un momento callado por respiraciones entrelazadas llenas de lujuria y pasión, de deseo y fogosidad.
Ella estaba a punto de responder a su interrogante con un beso, un beso que habia aguantado por tantas noches, noches en las que se desvivia soñando con un momento compartido con el, uniendo sus labios y aquella agua de amor divina que vive dentro nuestra, tactos que seria incapaz de sentir proveniendo de otra persona que no fuera el, esa pequeña obsesión que habia construido en cuanto a sus deseos más ardientes estaba a segundo de llegar a su pico y provocar destellos imaginarios al rededor de su cuerpo. Pero no pudo.
- No puedes. - Los Sano habian llegado, con la comida en sus manos y el seño fruncido.
