، ‹ 𝘈 𝘋𝘳𝘦𝘢𝘮 | 𝐓𝐑 one shots y hc. : 英 🕷

𝗽𝗿𝗶𝘀𝗼𝗻𝗲𝗿 : Baji Keisuke.

📎﹒﹠﹐☆★﹒"esa historia es pasado, ya fue, pero nos ha marcado, lo sé."

Keisuke en realidad no era atormentado frecuentemente por sus pensamientos, no solía pensar en el pasado y disfrutaba su presente. Pero el agobiador recuerdo de la voz de la chica que en algún momento de su vida habia sido suya le atormentaba cada vez que llegaba la noche. Era incapaz de despegar el sentimiento de deseo, el deseo de volver a sentir su cabello acariciando su rostro cada vez que susurraba maravillas cerca de su rostro. La extrañaba con fervor, soñaba con sonreir contra su oido alguna otra vez, aunque fuera un momento irrelevante en un día de invierno.

Para su lamentable cobardía, esa misma chica que habia perdido era su vecina. No podian evitar esos momentos incomodos en los que ambos tragaban saliva al encontrarse, se obvervaban con incomodidad y eran incapaces de saludarse. Meiko le tenía resentimiento, en realidad. Su termino se habia debido a los recurrentes errores que habia cometido Baji a lo largo de su corta relación, pues a pesar de ser bastante relajado era en extremo celoso. Sentia que algo le quemaba por dentro cada vez que alguna persona ajena a la pareja le coqueteaba a su en ese entonces novia, y el tema fue el protagonista de numerosas peleas que únicamente terminaban con griterios de fogosa emoción.

Su pequeña serie de amor comenzó un invierno en su más grande expresión, en un momento en el que las manos se tornan frias y temblorosas, y en el que conseguir un poco de calor es primordial para la ilusión de dos adolescentes que se querian con fervor. La atracción en ambos era en realidad bastante notoria, al sentir los suaves golpes en la puerta del otro no podían evitar sonreir, aunque la sequedad en ellos provocada por el frio hiciera que doliera.

Después de conocerse de pequeños, el génesis total de su pasión sucedió en cuestión cuando ambos se encontraban conversando fuera de sus departamentos, en un balcón cuya baranda estaba fría. Ambos se apoyaban en ella, usaban numerosas prendas para sosegar la brisa que golpeaba sus rostros, ella le regalaba sonrisas que él quisiera guardar en una cajita con llave única para guardarla cerca de su corazón.

Conversaban tranquilamente, disfrutaban cada segundo que el viento les hacia cosquillas en el rostro mientras escuchaban la voz del otro. Ensimismados se observaban, era como si fueran los únicos alli, en ese momento ni la fria baranda, ni la brisa, el frio o el complejo de departamentos existían. Como si fuera el climax de una obra dramática, la vibración de sus voces se remplazó por un pitido molesto en sus oidos, el nerviosismo se hizo presente en cuanto Keisuke se atrevió a confesar sus más profundos sentimientos, y reveló todo lo que llevaba queriendo desde temprana edad. La psique de Meiko se volvió en blanco, y en unos pocos segundos comprendió que en realidad sentia lo mismo que el, queria abrazarle, conocer su mundo. Ambos querian pasar sus noches y mañanas tomados de las manos, observando como cada gesto que hacian afectaba al otro.

Luego de este momento, que sin que supieran en ese instante se convirtió en el principio tanto de calamidades como de bienestar, ambos crearon su propia poesía romántica. Pasaban tres meses de sentimientos en su máximo fulgor, de caricias como conforte para ese espacio tan gélido, el tiempo lo pasaban juntos y lo adoraban, pero como se sabe ya, lo bueno no dura para siempre y es totalmente humano el sentirse negativo. Los celos y la amargura se hacen presentes en cada relación, aquello que nublaba lo esencial entre ambos era ese sentimiento de estrechez que abrumaba y atormenta la mentalidad de cada uno al mirarse a los ojos mientras el conflicto se hacia presente.