📎﹒﹠﹐☆★﹒"amarme es todo lo que necesitas para sentirte como yo lo hago."
Él tomaba su mano cómo una invitación, tiraba de ella con una sonrisa dibujada en su rostro esperando a que diera un paso adelante. Rondaban cerca de las 12:00 AM, era una noche fría cuya brisa atacaba sin piedad los rostros de los amantes. Se encontraban en la salida trasera de un bar, él mismo en el que trabajaba la chica cada día, su horario había terminando hace poco, Rindou le esperaba fuera, deseando sentir sus labios. Ella estaba un escalón más arriba que él, riendo al observar su cabello correr hacia un lado debido al viento.
Vamos, Miu. La playa está muy tranquila hoy. - Logró que ella le siguiera, la luz lunar acompañaba aquella escena, sintiendo el soplido marino contra su piel. Comenzaron a caminar, pues la costa no estaba bastante lejos de su lugar, escuchaban las olas chocar, cómo si fuera una canción compuesta únicamente para ellos.
No había pasado mucho desde que se conocían, tan solo una semana, pero al verse por primera vez, en aquel bar, sintieron cómo su interior se encendía al hacer contacto visual. Ella vivía allí desde siempre, creció escuchando el mar, y el chico por mera casualidad le conoció allá, era un viajero buscando diversión junto a su pandilla. Justamente escogieron tal playa por su tranquilidad y belleza, sin el menor de los Haitani saber que allí conocería a la chica que hiciera acelerar sus latidos.
Desde que se conocieron, cuando ella sirvió su copa supieron que algo pasaría entre ellos, pero no imaginaron que sería algo tan fuerte. No faltaban muchos días para que Rindou volviera a su ciudad, es por eso que, después de cada largo día de trabajo, se juntaban para dar un paseo al rededor de la playa, tomando la mano del otro bajo la luz nocturna.
Te ves preciosa hoy. - Llegaban ya al lugar, sentían sus pisadas hundirse en la arena y el silencio en el lugar. A esta hora, nadie la frecuentaba, era exclusivamente para ellos.
Cada noche me dices lo mismo, Rindou. - Miu le observaba mientras él giraba su rostro hasta las olas, escuchó una carcajada salir de su boca, tan armoniosa cómo lo era siempre.
Sin darse cuenta caminaron hasta el agua, la tocaban con sus manos con una mirada sincera, lo sentían cómo un sueño lúcido, disfrutaban del poco rato que les quedaba juntos. De repente se acercaban, juntaban sus torsos y ella abrazaba su cuello, entrelazando sus dedos y moviendo sus pies con suavidad, sonreían al observarse, sus rostros estaban realmente cerca, no sabían cómo ni cuando fue que se sentían tan cómodos al sentir su cercanía.
Te extrañaré, Rin. - Confesó y se ocultó en su pecho, él posó su mano sobre su cabeza y palmeó con delicadeza, pestañeaba cómo si ya no supiera que es lo que haría sin ella, parecía cómo si se conocieran de toda la vida, cómo si no necesitaran nada más para poder tomar la mano del otro cómo ya era costumbre.
Y yo a ti, lo sabes. - Él respondió y ella se animó a levantar su cabeza, se les había olvidado en donde estaban y es por eso que solo fueron capaces de mirar hacia él brillo de sus ojos.
A pesar de que a aquella hora hiciera frío, al volver a tocar sus manos, Miu las sintió cálidas, tanto cómo las que jamás fue capaz de acariciar. Le sorprendía por alguna razón, que una persona que conocía por única suerte se convirtiera de un día a otro en su acompañante nocturno, por quien sentiría cosas al irse y dejarle.
Los segundos pasaron cómo si se encontraran en el espacio, y de un momento a otro ella corría, meciendo su pelo de color cereza hacia los lados, subió a una gran roca cerca del agua, tanto que chocaba contra ella y salpicaba. Él no tuvo más remedio que seguirle el paso, subió a la roca y se sentó junto a ella, mirando hacia él infinito mar frente a sus ojos, sin darse cuenta, se tomaron de las manos.
Escucharon la canción muda que provocaban sus suspiros por el otro, en aquel momento solo querían acariciar su cabello toda la noche, esperando que la fría marea les despertara de aquel sueño, sus piernas estaban flectadas y admiraban el paisaje, ella puso su cabeza sobre su hombro y sintió su aroma conquistarla.
Rindou sintió un escalofrió recorriendo su cuerpo entero al verla apoyada en él, sin dudarlo, acarició su brazo y le abrazó, cómo si estuviera abrigándola. Le necesitaba en ese mismo instante, se alegraba por que él único sonido en él lugar fuera natural.
Es triste que esto sea solamente pasajero. - Ella mencionó con la voz entrecortada, en realidad le dolía que su tiempo estuviera contado, le hacía feliz él sentir su voz tocarla mientras se sentían cómo seres extraños acompañándose. Él no respondió, no se veía capaz. Sentía cómo si las luces al rededor de ellos brillaran únicamente para ella, para que él la pudiera ver con los ojos de un pequeño enamorado. Por tan solo unos segundos sintió que estaban destinados a estar juntos por un largo tiempo.
Era cómo si al irse de allí, muriera a mano de la naturaleza cómo una rosa. Una obra melancólica por donde se le viese, el hecho de que no pudieran evitarlo hacia que las cosas fueran de esa forma.
Aunque fuese así, hasta lo que llevo de vida has sido la única que me ha hecho sentir de esta forma. - A pesar de ser tare, le respondió con toda sincera, cuya oración provocó que ella se levantara y le mirara con seriedad, mordía su labio y se esforzaba por peinar su cabello.
Cómo si estuviera escrito para que fuera así, tomó su nuca y le acercó a ella, beso sus labios con la pasión que soportaba cada mañana que no era posible sentir su piel, él correspondió de inmediato y no soportó más. Apoyaba ambas manos en su rostro e hizo el beso más íntimo, cada segundo que pasaba al unir sus bocas sentían que estaban en el mismo paraíso, todo era de color azul y les encantaba, adoraban las sensaciones que se provocaban entre sí, y agradecían al cielo por entregarles tan valiosa velada.
Cayeron sobre la roca al lado del otro, cuando entrelazaron sus piernas, Rindou pudo sentir las lagrimas de la chica chocar sin quererlo sobre su mejilla, sus pestañas tan largas se empapaban y ella ya no lo soportaba más. Sus emociones le cegaron y le besó con todo el anhelo ja más sentido por alguien, ni por él más romántico.
Ella estaba dispuesta a esperarle, el joven en realidad no sabía que hacer ni cómo consolarle, solo tomó su cabello y le acarició, ella se separó y cayó rendida ante sus brazos, sollozando cómo jamás lo había hecho por algún hombre, la pena no se rendía ante ellos y les torturaba sin razón, cómo si fueran los culpables de un pecado cometido hace décadas pasadas.
No podían arreglarlo, eso era lo más doloroso. No podían hacer nada para cambiar el destino.
Júrame... por favor, júrame que nos volveremos a ver. - Miu se agarraba de su camisa, sentía que en aquel momento vivía y moría a la vez por amor.
Te lo juro, por esta noche es que lo hago. - Levantó su rostro posando su mano en su mentón, vio sus lagrimas derramarse por todo su bello rostro y no logró soportarlo, volvió a besarle entre un choque de narices, y ella terminó por sonreírle con dulzura.
La próxima vez que nos veamos, podré amarte. - Su voz se escuchaba cómo él canto de una sirena, su voz podía ser capaz de combinarse con el sonido de las olas y eso le encantaba, removía algo incognito dentro de él, no podía comprenderlo y es por eso que se sentía tan embrujado por ella. A veces dudaba, no quería que acabase y ella tampoco, eran una chica triste y un joven incapaz. Amantes que no podían serlo al convertirse en victimas del destino, victimas que sufrían ante él mundo que poco les comprendía. Ella tocó su pecho y ese fue el detonante para que aquella noche se hiciera eterna, para que fueran incapaces de notar el pasar del tiempo.
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، ‹ 𝘈 𝘋𝘳𝘦𝘢𝘮 | 𝐓𝐑 one shots y hc. : 英 🕷
Fanfiction❀﹒ᶻᶻ﹒ one - shots & headcanons. ⪩⪨﹐𝘼𝘽𝙏 : Tokyo Revengers. ⊢ ❁ (✿ ◞◟)Todos los personajes en la historia pertenecen a Ken Wakui. ꜝ⊞ 🏴 : Historias con oc's, incluye +18. ⭒ ⏆ ﹒