Cuento del sol poniente -HIATUS-

Capítulo 15: La promesa de un sueño

Cuento del sol poniente

Capítulo 15: "La promesa de un sueño"

Después de la victoria de Naruto, la pelea entre Fū y el Suna Genin restante, un niño mayor llamado Kankurō, fue corta y decisiva. Vestida de blanco con un tono de piel oscuro, se destacaba físicamente junto a Kankurō, que era de piel clara y vestía todo de negro. Y una vez que comenzó el partido, la diferencia en sus habilidades también quedó clara.

Aunque manejó su títere con claro talento, no fue rival para la nube destructiva de insectos parecidos a termitas que emergieron del tubo rojo en la espalda de Fū. Al ver a los insectos pululando rápidamente por el suelo hacia él, Kankurō apenas logró apartarse de su camino; al hacerlo, al darse cuenta de que los insectos podían trepar por los hilos de chakra, se vio obligado a separarse de su marioneta. En cuestión de segundos, cubrieron y despojaron por completo el exterior de la marioneta, dejando solo un cadáver de madera que luego colapsó sobre sí mismo. Aparentemente habiendo saciado su apetito, los insectos regresaron al tubo de Fū. Sin embargo, sin su arma y claramente conmocionado por la terrible experiencia, Kankurō pronto se rindió y, ante los gemidos de sus compatriotas Suna que miraban, salió tímidamente de la arena.

Después de quitarse el polvo, Fū se estiró hacia atrás con indiferencia. Luego, con brillantes ojos siniestros, miró fijamente a Naruto, que había estado observando la batalla sin comprender. Él le devolvió la mirada y, después de un momento, ella apartó la mirada.

Cuando el supervisor de jōnin le dijo a la audiencia que habría un breve intermedio antes del partido final, Naruto notó que un jōnin enmascarado acababa de salir del edificio de la enfermería. Aunque no le dio al hombre más indicios de su reconocimiento, el hombre pronto se acercó y se sentó a su lado.

"Oye," lo saludó Kakashi. Cuando Naruto no dijo nada en respuesta, soltó una pequeña tos. "Lamento haberme perdido tu partido contra el chico Hyūga. Me quedé atrapado con el papeleo médico... hm... entonces, ¿te sientes listo para el partido final?"

Naruto se encogió de hombros sin comprometerse.

Frotándose la nuca, Kakashi suspiró. "No te presionaré, Naruto. Solo sé que no estás solo en esto. Estoy aquí, y tus compañeros de equipo están aquí para apoyarte... Al menos en espíritu".

"Ahórrame el sentimentalismo, sensei," dijo finalmente Naruto, levantándose. "No hay necesidad de esto. Soy perfectamente consciente de mi situación actual".

Kakashi parecía desconcertado. "¿Y qué situación es esa?"

Naruto abrió los brazos en un movimiento de barrido. "Este examen es una farsa. Ya sea que lo gane o no, hará poca diferencia en la forma en que todos me miren. Incluso Mayu y Rai me darían la espalda si supieran, y tú lo sabes".

Kakashi hizo una pausa. "No te he dado la espalda".

"...Eres diferente, sensei". No obstante, Naruto se reclinó en su asiento. El zarcillo de ira desconocida que había estallado dentro de él hace un momento ya se había desvanecido, dejando atrás solo un cansancio aplastante. "Pero nadie más pensará de esa manera. Nadie me reconocerá nunca. ¿Cuál es el punto de intentarlo?"

"¿Entonces estás diciendo que todos tus esfuerzos fueron para que la gente te reconociera? Eso no suena como el Naruto que conozco".

Naruto no respondió. Después de varios minutos de tenso silencio, Kakashi se alejó.

Mirando hacia la arena polvorienta y llena de arena y la multitud ruidosa que llenaba los asientos a su alrededor, Naruto hizo retroceder sus pensamientos a una época en la que ni siquiera había sido lo suficientemente alto como para abrir la ventana.