Capítulo 3

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Era muy extraño.

Convivir con tu exesposo, verlo todos los días, escuchar su risa y sentir su calor... era extraño. Como algo completamente nuevo.

JongIn se había sentido incrédulo mientras se acostó en su cama esa primera noche de rodaje, con todo lo que había sucedido en el día haciendo mella en su cabeza.

KyungSoo cocinando a su lado; KyungSoo abrazándolo; KyungSoo sonriéndole; KyungSoo disfrutando del mar, corriendo y riendo tan libremente; KyungSoo sentado a su lado hasta el anochecer, observando todo a su alrededor, haciéndole compañía silenciosamente; KyungSoo despidiéndose con una sonrisa malditamente dulce que no dejaba de repetirse en su mente, con un suave "buenas noches, JongIn" que lo hizo temblar de la cabeza a los pies.

Era demasiado repentino, un golpe duro, extremadamente fuerte para alguien que se había resignado a vivir sin todo eso por lo que le quedaba de vida.

Fue una cosa en verdad difícil, algo complejo para una persona que había vivido de recuerdos y que todo lo que había rememorado estos años ahora se encontraba al alcance de su mano. Tan repentina y fácilmente.

Era jodidamente extraño y jodidamente impresionante.

El sentimiento perduró por un par de días más.

Aún seguía mirando a KyungSoo con una pizca de incredulidad mientras el mayor parecía extremadamente cómodo y feliz revoloteando a su alrededor. Como si hace cuatro años no le hubiera roto el corazón, como si se sintiera realmente contento de tenerlo a su lado nuevamente.

Sus ojos brillaban como dos reflectores al apuntar hacia él, su boca pomposa se estiraba preciosamente y su risa grave aparecía para encantarlo, para extender un poco de esa felicidad hacia él y envolverlo con su calidez. ¿Cómo puede ese hombre ser así? ¿Cómo puede ser tan dulce con él, cómo puede ser tan jodidamente amable y lindo todo el tiempo?

Era ridículo preguntarse algo así, porque el propio JongIn no podía evitar adorarlo.

No habían terminado mal, realmente no, pero había sido muy doloroso, extremadamente doloroso. Dolió como si le clavaran mil puñales en el corazón, dolió como si estuviera muriendo.

Dejarlo ir y apartarse de su lado fue la mierda más difícil que JongIn había hecho en su vida, lo había jodido de muchas maneras y se había hecho a la idea de que jamás tendría algo remotamente igual; que jamás tendría a KyungSoo después de todo lo que habían tenido que soportar antes de separarse.

Y, no obstante, aquí estaba él, a una habitación de distancia, aún cocinando para JongIn, aún siendo amable con todos, brillando y siendo tan cálido como siempre. Como si la imagen de él llorando, temblando en los brazos de su manager, completamente destrozado y roto, como si esa última imagen que tenía de él y que lo perseguía en sus pesadillas no hubiera existido. Como si ese trago amargo y demasiado fuerte que se había atascado en su garganta para taponear el paso de aire al verlo simplemente se hubiera evaporado.

JongIn estaba entrando en un conflicto muy grande consigo mismo.

Estaba esta parte que lo atormentaba todo el tiempo, la parte dolorosa y corrosiva que no lo había dejado vivir correctamente durante cuatro años, y luego estaba esta otra parte, resplandeciente, cómoda, mucho más atractiva, que trataba de hacerle olvidar todo ese mal rato pasado y lo dejaba en una zona suave y agradable de la que no quería alejarse.

Fue esta lucha interna la que lo dejó gran parte del día encerrado en su habitación.

Era difícil lidiar con ambas partes porque sentía que era incorrecto elegir una de ellas para conformarse y pasar el resto de su vida con esa perspectiva. Porque, en primer lugar, KyungSoo era mucho más que la imagen gris y deprimente con la que cargaba en su mente desde hace cuatro años, pero, a su vez, no se sentía con el derecho de tomar este lado bueno y feliz cuando había colaborado para que él sintiera esa miseria anterior.

(Y como un tornado) Regreso a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora