Capítulo 4

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ㅡOh, ¡tenemos una actividad, JongIn!

JongIn, que había bajado recientemente las escaleras con el cabello alborotado y los ojos entrecerrados, completamente adormecido y somnoliento, se asomó en el marco de entrada a la cocina y no dudó en acercarse a KyungSoo.

Detrás de él, un camarógrafo lo seguía de cerca; pero, a pesar de eso, JongIn no tardó en bostezar, envolver sus brazos en la cintura del mayor y apoyarse por un momento en su espalda, con la mejilla descansando cómodamente sobre su coronilla.

ㅡ¿Cómo puedes estar animado tan temprano? ¿Cuál es tu fuente de energía? ㅡpreguntó bajito mientras KyungSoo lo aceptaba fácilmente y tomaba el sobre pegado a la puerta de la nevera con un imánㅡ.

ㅡSe llama yoga y es bueno practicarlo cuando te levantas.

JongIn tarareó sin comprometerse demasiado y abrió ligeramente los ojos, intentando echar un vistazo a lo que había en el papel. Falló miserablemente, por supuesto, así que preguntó con lentitud, aún manteniendo su abrazo suave alrededor de la cintura estrecha:

ㅡ¿Qué dice?

ㅡEstamos siendo invitados a ser parte de un voluntariado que ayuda a los niños sin hogar. De aceptar, trabajaremos ahí durante cuatro días.

JongIn se sintió repentinamente despierto con la sacudida del interés y sus ojos volvieron a enfocarse en la hoja de papel en los dedos de KyungSoo.

ㅡ¿Como ser voluntario para un orfanato?

ㅡNo es un orfanato. Es más bien un comedor público para los niños; también hacen algunas jornadas médicas de vez en cuando, cuando hay fondos suficientes.

ㅡBueno, estoy dentro, por supuesto. ¿Comenzamos hoy?

KyungSoo sonrió, alzó la mirada y lo miró con una dulzura extrema; era casi palpable y le robó el aliento por completo.

ㅡSí. Deberías darte una ducha mientras preparo el desayuno. Comeremos y después nos pondremos en marcha.

ㅡEstá bien, entonces te lo encargo.

JongIn lo soltó a regañadientes y antes de irse le revolvió el pelo con afecto. KyungSoo sonrió un poco más amplio, llevó una mano a su cabeza y reacomodó los mechones dispersos hasta dejarlos en su lugar de origen.

Mientras se duchaba, JongIn escuchó la música desde el primer piso. KyungSoo había elegido una lista de reproducción de Sinatra y ahora los ritmos de antaño llenaban toda la mansión. JongIn cerró los ojos bajo el chorro de agua fría y su mente creó algunas imágenes de KyungSoo tarareando con su voz preciosa y aterciopelada mientras bailaba tímidamente en los alrededores de la cocina.

Casi podía verlo frente a él, escucharlo y sentirlo si extendía una mano con la intención de tocar. Fue una imagen que presenció muchas veces durante su matrimonio, así que era fácil de recrear, pero, de todas formas, trajo consigo un sentimiento extremadamente cálido a su corazón.

Luego de lavarse el pelo y suavizarlo con una crema de peinar de primera línea, JongIn salió del baño, se secó y vistió con sencillez. Si estaban siendo voluntarios en un comedor para niños, entonces debía ser práctico, por lo tanto, los vaqueros y la camisa simple de color blanco más una gorra siempre era una combinación ganadora.

Bajó las escaleras nuevamente, mucho más animado que la primera vez, y fue directamente a la cocina.

Por supuesto que KyungSoo estaba tarareando y cabeceando (él no bailaría en público, no con cámaras alrededor y ciertamente no frente a miles de curiosos de su intimidad y sus mañas secretas), así que JongIn se quedó en el marco por un momento, con las piernas y los brazos cruzados, para apreciar correctamente la escena.

(Y como un tornado) Regreso a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora