Valeria.
Algunas citas después en Nueva Vida con el doctor Alberto, finalmente había llegado el día en que implantarían el semen en mi útero. En este punto, yo ya me había olvidado de cualquier otro asunto que no estuviera relacionado con mi bebé. Me sentía preparada para comenzar a sentir como crecía dentro de mí. Ni siquiera lo estaba aún y ya yo me sentía completamente enamorada de él. Realmente me asombra la velocidad con la que podemos llegar a amar a alguien que todavía no existe. Este procedimiento tiene un margen de fallo muy pequeño, mi instinto me dice que no será mi caso, yo realmente tengo un pálpito increíblemente bueno, se que cuando salga de esta consulta hoy, ya no seré nunca más sólo yo.
No he contado a mis padres aún acerca de mi decisión, sólo Vi está al tanto y en estos momentos aunque me haría mucha ilusión tener el apoyo de ellos, con el de Vi es suficiente. Sé que papá y mamá van a enojarse mucho cuando sepan que tendrán lo que en la calle llaman "nieto probeta", sé que van a culparme por no ser capaz de mantener a David a mi lado y convertirlo en el padre de mi bebé; como también sé que cuando sean conscientes de lo que me hizo, darán gracias a Dios porque su nieto no lleve el apellido de un imbécil de tal índole. De él no he hecho más que recibir llamadas y mensajes de arrepentimiento y sinceramente no puedo entender por qué insiste en recuperar a alguien a quien ya no amaba, o si no... ¿por qué otro motivo engañaría a la que supuestamente era la mujer de su vida, con la que quería todo? No puedo entenderlo y tampoco voy a esforzarme en hacerlo. Malena no ha llamado, parece que esta era la oportunidad que esperaba para alejarse definitivamente de alguien a quien nunca consideró su amiga, todo fue una farsa y tampoco puedo entenderla porque ... ¿qué propósito puede buscar al estar cerca de alguien como yo, que soy demasiado común? Fueron demasiados años de "amistad" como para que simplemente se tratase de un interés escolar o de algún otro índole.
-¡Valeria León! –llamó la enfermera.
Cristo.
Los nervios se hicieron una bola gruesa en la boca de mi estómago. Vi tomó mi mano.
-Nena, eres grandiosa y serás aún más grandiosa como madre, de eso estoy segura. Esos espermatozoides van a tener el privilegio de fecundar los óvulos de una jodida reina. No te preocupes por nada más que por ti. Saldrás de aquí embarazada y feliz, vas a ver.
Respiré profundo.
-Gracias, Vi, por permanecer, por tomarme la mano cuando estoy tan asustada que ni siquiera puedo pensar con claridad. No sé qué hice para merecer a alguien tan especial como tú. Gracias, de verdad. –una lágrima se escurrió por mi mejilla. Recordé cuando lloré por primera vez por un chico, cuando perdí la virginidad en el segundo curso de la universidad, cuando me invitaron a salir por primera vez, cuando me engañaron, cuando lloraba tumbada contra la puerta de mi habitación en la facultad porque no conseguía algo por lo que llevaba meses peleando... Vi siempre estuvo ahí. Ha sido una constante en mi vida desde que comencé a despegar las alas.
-No seas tonta, Val. Aquí la magnífica eres tú. No he hecho nada tan trascendental. Así que limpia esas lágrimas, calma las hormonas que las tienes a flor de piel para que puedas usarlas como excusa más adelante. –guiñó el ojo derecho. Me extendió la mano.- Venga, tómame la mano que tengo miedo de que te caigas de lo espantosamente nerviosa que estás.
Sonreí. Le correspondí el gesto y, juntas, caminamos hacia la consulta del doctor Rodríguez. Algunas horas después descubriría que el test de embarazo había dado positivo. En nueve meses estaría cargando a mi hijo y, en menos de trece semanas, podría saber si se trataba de un niño o una niña. En este momento mi medidor de felicidad estaba saturado, y no saben que bonito se siente; auténticamente hermoso.
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Padre por accidente.
RomanceDespués de que su novio le fuera infiel con su mejor amiga, Valeria ve ante sus ojos cómo se escapa su oportunidad para ser madre. Porque si, lo tiene todo, pero aún quiere sentir como se forma una nueva vida en su interior, aún quiere traer un bebé...