Padre por accidente.

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A Eve Oliveira, gracias por el apoyo nena. Te amooo🥰🥰
Gely, Lau... simplemente gracias.

Valeria.

Nunca había sentido tanta vergüenza en la vida como hoy en la tarde cuando el estúpido de mi ex decidió  que era una buena idea irme a gritar incoherencias en la cara ya que  según él, yo estaba embarazada de otro hombre porque le había sido infiel mientras él se acostaba con Malena. ¿Podéis entenderlo? Porque sinceramente yo no, David no era más que la baja moral en persona. Os cuento cómo sucedió todo. 

Estaba escribiendo en mi planificador de clases mientras mis alumnos estaban en el patio del colegio jugando cuando David entró al aula con la rabia dibujada en cada centímetro de la piel de su rostro. Instintivamente me eché hacia atrás en la silla, mis puños cerrándose en el reposabrazos.

David dejó salir una sonrisa cínica.

-Eres una basura hipócrita, Valeria. –me tomó fuertemente por el brazo para forzarme a ponerme de pie. Ahogué un grito, no quería que nadie más notara el espectáculo que este hombre estaba armando en nuestro lugar de trabajo. Me lo quité de encima tan rápido como fui capaz. -¡¿Qué cojones te pasa, David?!

Me lanzó una mirada ácida.

-¿Qué? ¿Tienes miedo de que mate a ese niño que llevas dentro?

Abrí los ojos tanto como pude, asombrada.

-¡¿Pero qué dices?!

Volvió a reírse de forma cínica.

-¡Eso que escuchas, puta! ¿Cómo puedes ser capaz de reclamarme nada si eres la que se embarazó de otro tipo? Dime, Valeria, ¿lo hiciste mientras estabas conmigo? ¡Confiesa, maldita puta!

La ira me inundó el cuerpo y le crucé la cara de una palmada.

-¡Vuelve a faltarme el respeto y te denuncio por maltrato, gilipollas! ¡No te atrevas a ponerme una de tus asquerosas manos encima otra vez! ¿Qué quieres saber? No, este de aquí no es tu hijo, ¡gracias a Dios! Y sí, estoy felizmente embarazada de alguien que sí tuvo los suficientes huevos para hacerme el bebé y luego encargarse de él, con lealtad, David, que es una palabra de la que sencillamente tú no conoces el significado, nunca lo has conocido. Además, ¿con qué maldita moral me reclamas, imbécil? No es tu problema lo que haga con mi vida, tú y yo ya no somos nada. ¡Vete a joder a tu novia y a mí déjame en paz, joder!

Me morí de vergüenza cuando miré por detrás del gilipollas frente a mí y noté que mis alumnos estaban en la puerta junto a un par de profesores que no perdieron oportunidad para cotillear y soltar de cuando en cuando sonrisillas como de quien está enterándose del chisme más gordo de la historia. Quise que la tierra me tragara, los ojos se me llenaron de lágrimas pero tragué en seco, no iba a permitir que este hombre tan nefasto me viera llorar, ya no, nunca más.

Entonces, como si tuviera algún trastorno de la personalidad toda la rabia que él sentía se evaporó, en su lugar cambió a una pose de animal indefenso que no hizo más que provocarme asco. Que maldito manipulador.

-No la soporto, mi amor, no soporto a Malena. Quiero volver contigo. Te juro que me hago cargo del bebé, te juro que nunca más vuelvo a traicionarte de ninguna manera. No sé dónde coño tenía la cabeza cuando decidí que sería una buena idea acostarme con esa mujer.

-Esa mujer. Curiosa manera de referirte a tu novia. Que falso eres, David.

-Mi amor, por favor...