II

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Después de casi dos horas frente al espejo, decidí que iba a escoger para hoy un vestido negro que se fundía con cada curva de mi cuerpo y me quedaba espectacular. Me maquillé resaltando mis ojos con sombras opacas y grises y como labial usé uno rojo mate que me había regalado David por mi cumpleaños. Eso contaba como una pequeña venganza. No sabía si esta noche terminaría besando los labios de algún hombre en la discoteca.

Cuando Violeta llegó a mi casa, casi se cae de culo al suelo al verme. Ella iba preciosa: Su cabello rubio hasta la cintura con ondas en la finalización de los mechones espesos, sus ojos tan verdes como el pasto en primavera maquillados con acabados en azul, sus labios en mate y su vestido azul celeste que no iba más allá de sus rodillas completaban un aspecto increíble. Vi esta noche parecía una estrella de cine y para sorpresa de ella, yo iba más como una actriz de cine para adultos.

-¡Pero nena, me encanta! Mierda, me podría liar contigo fácilmente hoy. ¡Estás buenísima, Val! Pareces una puta actriz porno, y eso me fascina.

Dejé salir una sonrisa tímida y me apresuré a abrazarla. Ella aceptó mi abrazo por un instante pero como no es muy de abrazos, me dio una palmada en el trasero y me alejó de ella.

-Nada de lloriqueos hoy, basta de eso. La soltería no se llora, nena, ¡se disfruta! y hou tú y yo vamos a pasarla en grande.

-Te quiero mucho, Vi.

Ella hizo un gesto con la mano restándole importancia y caminó hacia la puerta.

-Toma tu bolso, y mandemos a tomar por culo a Malena y a David. Esta noche sólo existimos tú, yo y los cientos de tíos buenorros que deben estar bailando en Eternal. –ordenó.

Dejé salir una sonrisa ligera.

-Sí, señora.

Al llegar a la discoteca, el ánimo me subió considerablemente. Vi comenzó a menear las caderas provocativamente y acto seguido teníamos a más de cinco tíos rondándonos como abejorros. Volqué los ojos en cuanto un chico con más piercings que rostro y apestando a cigarro intentó ligar conmigo con la frase más cutre que había escuchado en la vida: -Si tu culo fuera una cueva, yo dejaría mi murciélago para siempre dentro de ella, muñequita.

Vi hizo un gesto vomitivo al escucharlo, yo lo mandé a la mierda directamente. Asqueroso.

Nos fuimos a la barra a pedirnos unos tragos. Los tíos que iban a por Vi no se nos despegaron ni por un segundo. Decidí entonces darle vía libre para que coqueteara con ellos todo lo que quisiera mientras yo me alejaba un poco por voluntad propia. No me apetecía bailar, así que me quedé en la barra ingiriendo el trago que había pedido hacía un momento. Entonces no pude evitar traer a mi mente la imagen de mi maternidad frustrada. Puede parecer bastante loco, pero realmente me muero de ganas por tener que despertarme a plena madrugada a causa del llanto de mi hijo, quiero cambiar pañales, quiero educar rompiendo patrones generacionales, me siento preparada para ser mamá; lástima que los hombres sean una puta mierda. Pienso en la relación tan hermosa que tienen mis padres a pesar de los años y no puedo evitar preguntarme: ¿cuándo tendré algo así tan real, tan único?

Dos daiquirís y tres orgasmos después, me sentía terriblemente mareada. De reojo chequé que Vi aún siguiera ahí y lo estaba; ya miraba a los tíos con cara de aburrimiento ya que al parecer estos también volvían a resultar ser un aburrimiento total. Ay, amiga, que suerte la nuestra. Fue en ese preciso instante cuando lo pensé por primera vez, cuando me vino a la mente la idea que pondría mi mundo de cabeza en todos los sentidos posibles. Si los hombres son inútiles, infieles y aburridos, ¿por qué no me convierto en madre soltera?

Me eché a reír como una loca cuando la idea se terminó de formular pues a mi cabeza ebria le parecía que había conseguido la solución a todas sus preocupaciones. Entonces lo supe, entendí que la ciencia ya había puesto sobre la mesa varias alternativas que me darían la alegría más grande de mi vida: convertirme en madre, aunque para ello tuviera que renunciar a formar una familia convencional. Me apresuré en ese momento a pensar en varias opciones -evidentemente mañana con las ideas frescas investigaría en Internet- que pudieran serme de gran utilidad mientras le pedía al mesero una caipiriña. No fue difícil decidir que el método del que me dedicaría a investigar mañana como si se me fuera la vida en ello, sería la inseminación artificial.

Sentí unas terribles ganas de hacer pis y me fui al baño. Antes de hacerlo me acerqué a Vi quien me dijo que todo estaba bien y me dio luz verde para ir. Me sentía mareada, bastante mareada pero no lo suficiente como para considerar que estaba ebria, así que podía moverme bien y era consciente de cada que sucedía a mi alrededor, como por ejemplo, del tipo trajeado con apariencia de hombre de negocios turbios que se encontraba hablando al teléfono con la espalda pegada a la pared que se encontraba justo al lado de la puerta del baño. Él levantó la vista justo en el instante en lo estaba mirando y, cuando hicimos contacto visual, un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. Tal vez mi cabeza mareada por el alcohol lo estaba exagerando todo, pero cuando decidí pasar por al lado del tipo, sentí como su mirada se me quedaba clavada en el trasero y, ante eso, volví a sentir ese escalofrío otra vez, un escalofrío de atracción como cuando tensas un hilo y lo sientes en los dedos, y a pesar de todo, contoneé mi culo descaradamente para ofrecerle un buen espectáculo al señor misterio.

Cuando terminé de hacer pis y salí del baño, me di de bruces contra un torso duro como roca sólida que me hizo sentir ante el tacto como una niña pequeña e indefensa, pues él me fácilmente me doblaba en tamaño. Un ligero mareo me hizo tambalearme un poco, a lo que el tipo respondió rápidamente enredando sus brazos en mi torso para que no me cayera de culo al suelo.

Tienes dos puntos por previsor y por considerado, Don Misterios.

El olor de su amaderado de su perfume me hizo emitir un suspiro lo suficientemente audible como para no tardarme en sentirme ligeramente avergonzada.

-¿Vienes sola? –me preguntó. Mierda, su voz es profunda y juvenil, como las que antaño me volvían completamente loca.

Levanté la mirada para estudiar su rostro pero la escasa luz y mi vista borrosa sólo me hizo detallar sombras.

Carraspeé.

-Mi mamá me ha dicho que no hable con extraños.

¡¿Pero.que.puta.respuesta.fue.esa?!!

Mi subconsciente sexy y atrevida que ha sido liberada por el alcohol chasquea la lengua y niega, decepcionada. El emite un sonido ronco que me pareció el asomo de una sonrisa y pregunta con sarcasmo:

-¿Tu mamá no te ha dicho que es peligroso que una mujer se emborrache completamente sola en una discoteca repleta de hombres deseosos por follar? ¿Has notado como estás? Por supuesto que no. Ahora respóndeme, ¿estás sola?

-Completamente, mi novio me engañó con mi mejor amiga y ayer terminé con él. Llevábamos diez años de relación.

Lo vi enarcar una ceja.

-No me cuentes tu vida, bombón, soy un completo desconocido. Sólo quiero asegurarme de que no seas violada por algún tío de estos. ¿Has venido sola, entonces? –preguntó esta vez como mucha menos paciencia que las dos ocasiones anteriores.

-No hacía falta ser grosero, imbécil. Y no, he venido con mi mejor amiga.

-¿Con la misma con la que tu novio te ha puesto los cuernos?

-Mi ex novio.-lo corregí.- Y... por supuesto que no, a esa puta no quiero volver a verla en la vida; he venido con Vi, mi otra mejor amiga, bueno... la única. Ella es rubia, muy llamativa, se ha quedado en la barra coqueteando mientras yo venía a hacer pis –comencé a sentirme en confianza con el misterioso desconocido y le ofrecí algo que lo hizo partirse de risa en mi cara: - ¿Quieres ver el tatuaje tan lindo que nos hicimos hace muchooooos años?

El alcohol comenzaba a ejercer su efecto letal así que acto seguido bajé mi vestido hasta por debajo de mis senos y le enseñé el tatuaje FREE. Las letras se volvieron borrosas de un momento a otro. La mirada del desconocido se oscureció. De repente, todo se volvió negro.

Padre por accidente. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora