Una historia que fue guardada en el estandarte de una santa y en el mundo interno de espadas de un herrero.
Después de los sucesos ocurridos en el fin de Avalon, el pelirrojo ha sido llamado a una guerra a gran escala entre dos facciones.
—No, aún no... tenemos muchas cosas que preguntarle.
Dijo una mujer de cabello verde que estaba cubierta con una sábana blanca para taparse la desnudes de su cuerpo mientras una niña peliblanca, de ojos verdes con un par de dagas miraba al hombre que estaba sentado en el piso con terror, sin una mano, cortado y saliendo bastante sangre.
—Ahora dime sobre la Guerra del Santo Grial, las batallas, todo... señor mago Yggdmillennia.
La mujer estaba mirando al hombre.
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La mujer de cabello verde miraba el tatuaje rojo que estaba en su mano y ella se veía de buen humor. El hombre de antes, estaba ahora cortado como filete, estaban sus partes tiradas en el piso manchado de sangre.
—¿Así que tú eres un sirviente verdad?
—Si
—Y cómo no soy un mago, no podré sustentarte, por lo que tendremos que matar mucha gente.
—Sí, comeremos mucha gente mami.
Respondió el sirviente sonriente mientras miraba a la mujer que estaba enfrente de ella.
—¿Realmente eres Jack el Destripador?
—Si mami.
La mujer de pelo verde cariñosamente a acarició la cabeza del sirviente con forma de niña, las cicatrices de cortes en su mejilla y su ojo izquierdo se veían claramente.
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—Pensar que esta pequeña es un peligro. Realmente no puedo creerlo, eres muy tierna y linda.
—Jack... ¿tienes un deseo que quieres que te concedan?
La pequeña de pelo blanco se sentó en las rodillas de la mujer de pelo verde.
—Si mami, queremos volver al vientre de nuestra madre, ese lugar tan cálido y reconfortante.
La mujer de cabello esmeralda abriendo los ojos con sorpresa sobre el deseo de la pequeña, solo sonrió y acarició su cabello.
—Entonces no tenemos más opción que participar en la guerra.
—Realmente es necesario mami?
—Por supuesto cariño, después de todo salvaste mi vida. Para conceder tu deseo, debemos ir a Trifas, en Rumania.
