Capítulo 13: El humano primordial

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—Hay... muchos de ellos.

—Sí.

El joven de cabello castaño claro y el sirviente de pelo rosado seguían caminando entre el pasillo en la que había varias cápsulas con homúnculos adentro.

—Así que tú eras el intruso, a buena hora, ayúdanos a liberarlos.

La mujer de cabello blanco con ojos rojos, tenía puesto una bata color blanco con botones y una falda de color negro, tenía en manos una alabarda mientras pidió al joven de cabello castaño a acompañarla.

—Sí.

—En caso de que un maestro venga o un sirvi-

—No te preocupes, mis amigos y yo los protegeremos.

Algunos de los homúnculos que estaban ahí comenzaron a abrir las cápsulas y a liberar a las personas.

El hombre de lentes y ojos azules se materializó captando la atención de otros.

—Sieg, ellos vienen.

—Sí.

La puerta se abrió y entraron tres personas que miraron sorprendidos lo que estaba delante de ellos.

—¿Ustedes que están haciendo?

—Los estamos liberando.

—¿¡Qué!?

—Es cómo lo oyes.

La mujer de pelo blanco se puso delante al lado de joven llamado Sieg, para hablar con el hombre gordo.

—Espera, a ustedes ¿quién les dio la orden para que puedan hacer lo que quieran? —Gordes estaba comenzando a enojarse. — ¡Ustedes sirven para proporcionar energía mágica a los sirvientes!

—Ninguno de nosotros quiere morir por una razón como esa, no podemos abandonarlos cuando ellos no desean morir.

—¡TÚ... BASURA INSOLENTE! ¿¡QUIÉN TE CREES QUE ERES!? ¡YO HIZE LO QUE TE HACE SER TÚ! ¡LA ALQUIMIA QUE OS CREÓ A VOSOTROS ES PROPIEDAD-

El hombre con lentes y capa morada materializó su espada, interrumpiendo al hombre gordo.

—Tío Gordes, por favor cálmate.

—Pero ellos-

—Sí lo sé, pero es mejor resolver esto de manera pacífica, ¿olvidaste que tenemos dos sirvientes delante de nosotros?

—Tch...

La mujer de pelo castaño en silla de ruedas miró a los homúnculos, para ella era extraño de ver este tipo de comportamiento de rebeldía si es que podría decirse así en los homúnculos.

La mujer miró al joven que estaba delante de ella con una espada colgada en su cintura y luego miró al Rider de pelo rosado que estaba al lado del homúnculo.

—Rider... ¿Por qué no estás con tu maestra?

—Je... je... cómo te digo... ella está muerta ahora.

—¿¡Qué!?

—Ella fue asesinada por él...

El sirviente de pelo rosado dijo tímidamente rascándose su cabeza mientras señaló al hombre de lentes azules.

—La maté porque intentó matar a mi maestro.

—¿Y quién es tu maestro?

—El chico que está aquí a tu delante.

Sirviente del GobernanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora