Capítulo 16: Purificación y contaminación

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La niña enderezó su postura, había desplegado su noble phantasm en aquella mujer.

—¿Eh?

Sintió un zumbido que casi la golpea en la nuca, esquivó el ataque rápidamente alejándose de la mujer. Viendo que el filo del estandarte había quebrado el suelo.

—¿Cómo es que lograste resistir…

El color del cabello de la mujer volvió a su dorado y sus ojos a púrpura. Había logrado reducir el daño, pero ahí estaban los cortes.

La sangre brotaba un poco de su boca, pero mayormente se estaba esforzando por cerrar las heridas que estaban curándose lentamente.

—Soy resistente a las maldiciones.

 La mujer rubia se apoyó en el estandarte enderezando su postura y preparándose para la inminente batalla.

—Oh… ya sé porqué, es por ese estandarte que tienes.

La niña desapareció en un instante en la niebla y se lanzó rápidamente para acabar con la rubia.

Tomando con fuerza su estandarte, bloqueó los ataques consecutivos de la Assassin, tanto como las dagas que fueron lanzadas hacia ella.

—Usted señorita… ¿es una Saber o Lancer? —preguntó la niña curiosa por lo hábil que era la mujer a pesar de estar herida bloqueando sus ataques al igual que respondiendo de la misma manera.

—Ninguno de los dos, soy una Ruler, el mediador de de esta guerra por el Santo Grial.

La Assassin esquivando un golpe del estandarte de la rubia se alejó en la niebla.

—Sabes… acá hay varios niños que fueron tirados.

La risa de la niña escalofriante salió de la niebla, los niños salieron de repente con los ojos nublados y con algunos cuchillos en mano.

—Assassin tú…

—Veamos cómo los proteges.

La niña sonrió mientras los niños detrás de ella salieron persiguiendo a Jeanne.

La rubia en un par de segundos más liberó la bandera de su estandarte en una espacio amplio. Su plan había funcionado.

LUMINOSITÉ ETERNELLE

Una luz resplandeciente iluminó y dispersó la niebla, aquella luz liberó de la hipnosis en la cual habían caído los niños quedando dormidos en el suelo.

—La niebla…

Te encontré.

La niña no se dio cuenta de la velocidad en la cual había impactado contra la mitad de su cuerpo aquella flecha. Fue derribada en el suelo sangrando inevitablemente por la rubia que colocó el filo de su estandarte cerca de su cuello.

—¡Ayúdame mami!

—¿Eh?

De repente la niña desapareció rápidamente dejando nada más que la sangre en el piso.

—Usó un sello de comando… ¿dónde está Shirou? —la mujer se preguntó así misma por el pelirrojo que fue a perseguir a la maestra de Assassin.

—¿Papá… dime, cómo está mamá?

—Ella se encuentra bien, ahora está en un pequeño problema… —el pelirrojo se encontraba cargando en hombros a aquella niña de ojos bronce como los suyos y cabellos dorados. — Estaba persiguiendo a otro problema que de repente desapareció al instante ni bien te vi.

Sirviente del GobernanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora