X

38 3 0
                                    

Ricardo aprovecha su día libre para dormir y pasear a Apolo personalmente, el duelo parece irse de vez en cuando, sobretodo cuando está con el can.

--Si hablaras me darias consuelo, ¿no es así?

Apolo solo mueve la colita y sigue corriendo por el parque.

--Bueno, talvez no.

De vuelta a casa Ricardo toma una ducha y se prepara para la cena con Ternura. Mentiría al decir que no está molesto con la petición de la mujer, pero son gajes del oficio y podría servir como anécdota. Quién sabe, algún día podría animarse a hacer un storytime.

Pasada una hora aproximadamente recibe una llamada a su número personal.

--¿Bueno?

--Señor, estamos esperándolo desde hace quince minutos, ¿hay algún problema?

--¿Qué? No tengo ninguna llamada.

--Le hablamos a una señorita de servicio, ¿no le dijo nada al respecto?

--No --quizá ocurrió mientras tomaba la ducha y ella terminó por dormirse piensa, pues después de todo es muy tarde-- pero después aclararemos eso, ahora me daré prisa en bajar. No queremos que Ternura pierda su buen humor --bromea.

Ya abajo Ricardo se encuentra con la limusina y escoltas.

--Buenas noches Luna.

--Muy buenas moches señor, luce muy elegante --dice gentil-- ¿ese traje es de nuestra marca?

--Acertaste.

--Oh, no me diga que es de la colaboración especial que hicimos con Dior.

--Bueno, no te lo digo.

Luna es incapaz de retener el asombro y coloca ambas manos tapando su boca por el asombro-- ¿aquella de la New York Fashion Week?

--¿Por qué te sorprende tanto? --sonríe él-- si tu ayudaste a darle nombre a este diseño en específico.

--No lo olvido, es solo que me impacta...fue mi primer labor en la empresa, estaba muy nerviosa.

--Hiciste un gran trabajo.

--Muchas gracias señor.

--Estamos a cinco minutos --interrumpe el conductor y Ricardo se mira al espejo al igual que Luna, arreglando y retocando para lucir lo más profesionales cuando inviten a la jueza a comer al restaurante que han reservado.

Y poco a poco llegar al edificio que ya tiene la gran parte de luces apagadas, poco a poco el auto desacelera y es así que al fin los guardaespaldas abren las puertas para escoltar al CEO hasta el séptimo piso, que es donde se supone los están esperando.

--Bien, llegó la hora --dice Luna y respira hondo, Ricardo sonríe a su vez y asiente sabiendo que esta noche es crucial para los negocios pero sin saber que la vida está a punto de darle la mayor de las sorpresas.

Una publicista nerviosa, tres escoltas con cara de pocos amigos y un Ricardo Alcaraz con el traje "Boss baby". Aquí empieza la verdadera historia.

N.A.: Holaaa, he vuelto después de mucho tiempo y planeaba subir esto en noche buena pero acabo de ver el video que Ricardo subió hoy y se me hizo muy chistoso dar un adelantito jajs.

Entre rencor y soledadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora