🌹Capítulo 11: Materia de la perdición

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Materia de la perdición

[⚠️ Pequeña advertencia, por favor, lea bajo su responsabilidad, capítulo no apto para todo público +18⚠️]

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La noche anterior para Tails había parecido eterna, ya era un nuevo día, estaba indeciso, no sabía si dejar a Cream o si seguir acompañándola, algo que se estuvo planteando desde aquellos incidentes.

Estaba muy mal. Y lo sabía.

Sin embargo, nunca en su vida había experimentado tal emoción, era incoherente para él, aún siendo un genio. Su mente se desplomaba con él solo hecho de recordar más que nada sus ojos, lo atraían con tanta fuerza que ni el mismo comprendía la fascinación que sentía al verlos frente a él.

La brisa que corría a través de las ventanas de la habitación pequeña que se le había dado, lo tranquilizaba, se asomó a la ventana y cerró sus ojos para sentirla más en su piel.

Se parece... Al suave tacto de sus manos en mis muñecas.

Se percató al instante de ese pensamiento, abrió los ojos de golpe y se alejó de la ventana. Inconscientemente estaba deseando ser suyo, por más de que él no quisiera admitirlo.

Sus ojos cielo buscaron desesperadamente algo que hacer, ya nisiquiera podía ni tranquilizarse con la brisa, se sentía como algo mortífero, la sensación de estancarse en algo tan tentador y al mismo tiempo no querer salir de allí, era tan confuso que ni él sabía, esta vez, la solución a ello.

No puedo seguir así, tampoco quiero abandonarla, es un gran lío, no debería ni cuestionármelo dos veces, sin embargo, ¿Por qué dudo?. No está bien.

Una chica...
No puede tener efecto en mi de esta manera...¿Verdad?.

Una parte de mi está tan desesperada por ir directo a sus brazos, mientras que la mínima parte de cordura que me queda me dice que es mala idea.

Una chica. ¿Dominante?.

¿Eso era posible?

Él sabía muchas cosas a nivel académico, las ciencias creativas se le daba muy bien, incluso en el pequeño apartamento en el que vivía, ya nisiquiera había espacio para los muchos trofeos que obtenía.

Fórmulas.
Estrategias matemáticas.
Era todo un matematleta.
Un genio.

Sin embargo, en su vida, había experimentado las cosas tan extravagantes con las que tenía que lidiar con respecto al amor.

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