> "Podrás cambiar el cuerpo con otra piel, pero no al corazón con otra alma".
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Solía ser una chica dulce. Nadie imaginaría que en ella surgiría un cambio radical por el amor, el amor del dulce Tails, un chico...
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Es extraño haberme acostumbrado a su presencia, no quiero que se vaya, he estado pensando eso desde que sentí que por primera vez la ansiedad me dejaba en paz al menos por un instante estando a su lado.
Pensaba sentada en su alcoba, mientras veía el sol mañanero salir apenas, mientras que recargaba su mejilla en su mano. Aquel chico era impredecible, aunque comprensible y atento. ¿Estaba mal pensar en que quería que fuese suyo?.
Ella de todos modos no estaba segura de si aquel suceso del pasado se había hecho realidad, no quería saberlo y tampoco le importaba mucho, lo único que quería era pasar más tiempo con aquel maravilloso chico de ojos cielo que la volvían loca y abochornaban sus pensamientos.
Se oyeron pasos de repente acercarse a ella, y no podía ser nadie más que él.
—Hey Cream, ya estamos jueves, y bueno es momento de darte el informe durante estos días- anunció como si de una empresa se tratase.
—Claro Tails, dime.
—Bueno verás, has progresado mucho en muy poco tiempo, ya veo por qué estás en Emerald Caos. También quería decirte que... Este... Yo...- ese rosa en sus mejillas lo delataban, estaba nervioso, quería decirle algo importante quizás, ello hizo que la de ojos chocolate le prestara más atención a lo que estaba por decir a continuación.
—¿Si?
«¿Acaso sería que...»
—Bueno es que yo... Quería decirte que...
«¿Se declararía?»
—¡Cocinas muy bien!— gritó cerrando sus ojos apenado.
La chica dejó de mirarlo con entusiasmo, en su lugar, la invadió la desilusión e impotencia, puesto que le hizo pensar algo muy importante para ella, sin embargo, saber que no era nada más que eso la hizo volver a pensar que no tenía oportunidad alguna, que ella no estaba a su altura y de nuevo mentalizarse que esos ojos cielo eran inalcanzables.
«¿Cómo puedes ser tan ingenua de creer que alguien como él de repente se declararía sin más ante alguien como tú?. Excelente Cream, tu misma provocas tu propio enredo creyéndote cosas que no son.»
—Oye... ¿Cream estás bien?— preguntó sacándome de mis casillas.
Contuve las lágrimas y me puse firme a contestar de la forma más convincente posible.
